La cultura romaní reivindica este domingo su lengua como "testimonio" de "la existencia, la historia y la identidad" de este colectivo. El año 2015 la Unesco proclamó el 5 de noviembre Día Mundial de la Lengua Romaní, para promover y preservar la lengua y la cultura romaní y para mejorar el bienestar de su gente. Durante décadas, activistas y lingüistas romaníes han luchado por la recuperación y reconocimiento de un idioma que se calcula que por toda Europa hablan entre diez y dieciséis millones de personas. En Barcelona, varios grupos de activistas también trabajan de hace años con este objetivo, a través, por ejemplo, de la asociación Romanó Kher, la Casa Romaní, que dirige el embajador honorario de la lengua romaní Seo Ćizmić.

Ćizmić explica que la Romanó Kher es un espacio dedicado a la "recuperación de la memoria histórica" de los romaníes europeos, aunque parcialmente también trabaja para la recuperación de la lengua. "Lo tenemos que volver a llevar a la vida, porque es un testimonio de nuestra existencia, nuestra historia y nuestra identidad", subraya en la ACN. El espacio, situado en el barrio Gótico, acoge charlas y exposiciones y ofrece cursos en línea de iniciación a la lengua romaní.

Otra iniciativa para promover la lengua y la cultura del colectivo tiene lugar en la escuela Gornal de l'Hospitalet, donde desde el 2018 se ofrecen clases fuera de currículum de inglés y de romaní. Las imparte Marinela Isuf, que tiene el romaní como lengua materna. "El objetivo del proyecto es recuperar la lengua, especialmente para las nuevas generaciones", indica Isuf. Según explica, los jóvenes no tienen conocimientos básicos de la lengua y la cultura romaní, de manera tal que ella en las clases intenta enseñar los dos idiomas y mostrarles la diversidad cultural romaní a través, por ejemplo, de la música.

Las particularidades de la lengua

El idioma que esta cultura considera herramienta clave para su futuro es una lengua indo-aria que se habla en Europa desde la edad media. Los estudios sobre el lenguaje muestran similitudes con lenguas índicas como el hindi o el sánscrito, hecho que se puede interpretar como un testimonio del origen de sus habladores, que emigraron del sur del Asia hacia el año 1000. El año 1990 el lingüista francés Marcel Courthiade propuso una estandarización de una lengua que hasta entonces había estado eminentemente oral, propuesta que fue aceptada por la Unión Romaní Internacional en Polonia. Desde entonces ha sido incluida en la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa, aunque, hasta el año 2018, solo 16 estados lo habían reconocido oficialmente como lengua minoritaria.

El romaní es un idioma con diferentes variantes dialectales, y en España y en Catalunya la que predomina es el caló, que según Ćizmić se puede entender como "una hija de la lengua romaní". Como cualquier otra lengua, influencia las que tiene en su entorno y al mismo tiempo es influenciada por ellas. En catalán, algunos rasgos de esta influencia se pueden detectar en palabras como 'chaval' o 'chorizo'. El año 2022 apareció el primer diccionario Romaní-Catalán, publicado por Ćizmić y por Ignasi Xavier Adiego Lajara, profesor de lenguas indoeuropeas en la Universidad de Barcelona. Se trata, afirma Ćizmić, de otra herramienta para animar a los romaníes a aprender su lengua: "Es una manera de darles la posibilidad de tener un diccionario a las manos cuando quieren aprender una palabra o decir alguna cosa".