La primera mascarilla enteramente transparente ha quedado lista para entrar en fase de producción, anunció esta semana la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), donde se desarrolló esta invención que estará destinada en una primera etapa al personal sanitario. El propósito del nuevo producto es mejorar la relación entre el personal médico y los pacientes, en particular grupos frágiles como niños, ancianos y personas discapacitadas.

La institución académica y de innovación suiza trabajaba desde hace dos años en esta mascarilla y la etapa final de su desarrollo coincidió con la pandemia de coronavirus, lo que hecho que su utilidad sea todavía más relevante y la financiación para comenzar su producción haya sido fácil de obtener.

Encontrar el material adecuado ha sido uno de los escollos más importantes que tuvo que superarse. Para esto el EPFL acudió al Centro de Investigación de Materiales de Suiza y en conjunto desarrollaron un material compuesto en gran parte de biomasa.

 

El propósito del nuevo producto es mejorar la relación entre el personal médico y los pacientes, en particular grupos frágiles como niños, ancianos y personas discapacitadas.

El EPFL relata en un comunicado que la inspiración inicial provino de una antigua contadora de cuentos activa en el Hospital de Ginebra, quien lamentaba que los niños gravemente enfermos, y en presencia de los cuales el uso de una mascarilla era obligatorio, no pudieran ver las expresiones de su rostro.

El proyecto fue presentado por dos científicos del EPFL al director de uno de sus centros de tecnología, Klaus Schonenberger, quien fue especialmente sensible a la idea por la experiencia que había tenido en el contexto de la lucha contra la epidemia de ébola de 2015 en Africa occidental.

Después de dos años de estudios y pruebas, los participantes en el proyecto del EPFL dieron con un tipo de polímero a partir del cual crearon una membrana en el que las fibras están unidas de tal manera que dejan espacios de 100 nanómetros (igual que en las mascarillas quirúrgicas) que dejan pasar el aire, pero filtran los virus y bacterias.

Frente a la preocupación ecológica que provoca el hecho de que, como las quirúrgicas, estas mascarillas transparentes también tendrán un solo uso, el EFPL precisó que el 99 de los materiales utilizados son derivados de biomasa y que se sigue trabajando para que sean totalmente ecocompatibles.

La producción empezará luego de que el proyecto recibiese una inversión de casi un millón de euros. Otras ofertas de financiamiento siguieron, pero la institución ha decidido no aceptarlas por el momento y centrarse en la producción para los establecimientos médicos.

Los dentistas también han mostrado interesados por esta original mascarilla, a la que se ha llamado HelloMask.