Una de las cosas más gratificantes que hay es potenciar el crecimiento personal hasta conocer la mejor versión de nosotros mismos.
Empecemos por el principio: ¿qué es el crecimiento personal? Crecemos cuando somos capaces de aprender de nuestros actos, de los errores y experiencias, que fomentan el desarrollo personal y mejoran nuestra autoestima. Básicamente, si conseguimos revisar nuestras acciones y sacar conclusiones de ellas, sentimos estar en constante progreso y desarrollo, más abiertos a nuevos retos y experiencias.
Se trata de algo muy positivo, ya que cuando se potencia el crecimiento personal se aprende de todas las situaciones y se obtienen recursos con el fin de superar las situaciones adversas que aparezcan en un futuro.
Primer paso: saber exactamente lo que queremos
Antes de conocer cómo podemos mejorar nuestro desarrollo personal tenemos que saber qué queremos y qué no queremos. No solo hablamos de lo que queremos tener o ser en un futuro, sino del día a día: quizás sufrimos por un trabajo que no nos llena, o una relación que no nos hace tan felices como ahora. El caso es que lo tenemos que ponderar todo.
También es relevante aquello que querríamos tener pero no tenemos. Una pareja, amistades más próximas con las cuales establecer relaciones más fuertes o simplemente más tiempo libre, éxito, dinero... Todos estos factores pueden impedir u obstaculizar nuestro desarrollo personal y, por lo tanto, los tendremos que analizar.
Hombre pensando / Unsplash
Seguro que también hay cosas del día a día que no nos gusta hacer. Los motivos pueden ser que nos sentimos demasiado presionados, que pensamos que no hay alternativa o que no tenemos fuerza para cambiarlo, muchas veces porque nos comportamos de manera demasiado impulsiva. La clave es identificar todo lo que queremos dejar de hacer para que, así, sea más fácil deshacernos de estos hábitos.
Finalmente, si no somos el tipo de persona que nos gustaría ser, es donde tenemos que hacer autocrítica y reflexionar sobre todo aquello que pensamos sobre nosotros mismos y la autoimagen que tenemos. Se trata de identificar las frustraciones: quizás no nos sentimos tan exitosos como querríamos, no nos sentimos cómodos con nuestro físico o sentimos que nuestra autoestima es muy baja.
Cinco claves para trabajar el crecimiento personal
Todos estos factores son obstáculos que nos alejan del objetivo de conseguir crecer como persona. Por lo tanto, es vital identificarlos. Una vez hecho, ya podemos poner en práctica las herramientas que, como explican desde TherapyChat, nos pueden ayudar a construir nuestra mejor versión.
Lo primero y más necesario para poder transformar nuestra vida es conocernos a nosotros mismos. Tenemos que ser capaces de vernos apartando lo que los otros piensan de nosotros e incluso de lo que nosotros mismos pensamos de nosotros. Solo así seremos capaces de evaluar los valores, actuaciones y la persona que somos.
De esta manera, trabajando el autoconocimiento, sabremos ver nuestros puntos fuertes y débiles y conocer nuestras motivaciones y deseos. Eso sí, es importante hacerlo sin prisa, tomando el tiempo que necesitemos para poner nuestras prioridades en orden y establecer una hoja de ruta sobre lo que queremos conseguir a nuestra vida.
Eso nos ayudará a tener una perspectiva más realista de quién somos y de dónde queremos llegar. Además, nuestra inteligencia emocional también se verá fortalecida.
Si nos quedamos en nuestra zona de confort, no podremos crecer como persona.
Pero cambiar es importante y a veces necesario, aunque en algunos momentos la angustia nos disuada de hacerlo. Si queremos avanzar y crecer tendremos que vencer la incertidumbre, potenciar la motivación y confiar en nuestras posibilidades. No lo dudes: ¡vence tu miedo al fracaso y las creencias que te limitan y ve con todas las fuerzas a por lo que quieres!
Como decíamos, el principal problema que podemos experimentar cuando tenemos que salir de la zona de confort es el miedo, que nos hace creer que nos irá mal, cosa que a veces nos acaba paralizando.
Es crucial, por lo tanto, que seamos capaces de sustituir estas creencias limitadoras por las que nos potencian. La mente a veces nos engaña y, de forma instintiva, busca siempre la tranquilidad. Es por eso que a veces nuestros pensamientos pueden intentar disuadirnos cuando nos estamos enfrentando a un cambio para conseguir nuestros sueños.
Será necesario, también, que eliminemos el victimismo, una actitud muy frecuente en la sociedad. Probablemente, de hecho, la vivamos sin ser conscientes de ello.
Por lo tanto, debemos dejar de lado la postura "yo no me equivoco, son los demás los que lo hacen", y empezar a responsabilizarnos de lo que nos pasa y depende de nosotros. Asumir nuestra parte de los problemas será lo que nos permita acabar de mejorar como persona.
Finalmente, cuando empezamos a conocernos aprendemos a definir nuestros objetivos. Lo más positivo es que lo hagamos de una forma realista y ordenada según las prioridades. Para conseguirlo, tendremos que planificar los pasos que seguiremos para definir la manera de proceder para alcanzar los objetivos. Una vez tengamos claro lo que es importante para nuestro bienestar y felicidad, la clave se encuentra en planificar los objetivos a corto, medio y largo plazo.
¿De qué sirve transformarse si luego no se actúa para llevar a cabo los cambios que nos proporcionan felicidad?
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