Por fin. Los Reyes Magos han llegado a Barcelona. Han realizado un largo viaje con pailebote desde Oriente hasta el Moll de la Fusta, donde han sido recibidos por una multitud de niños y niñas. La gran sorpresa ha sido que el rey Melchor, que el año pasado tuvo un aire de Gerardo Pisarello, este año se ha parecido al nuevo primer teniente de alcalde, Jaume Collboni.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha tenido un discurso que ha evitado los pronunciamientos políticos, excepto para hacer una apelación a la acogida de los niños y niñas refugiados, en la misma línea que la intervención del año pasado.

Ha expuesto que en Oriente, "de donde provienen los Reyes Magos", hay niños que sufren la guerra, en referencia al conflicto de Siria. En este sentido, Colau ha mostrado favorable a acabar con cualquier guerra.

Las palabras de la alcaldesa también han tenido presente los barceloneses en una situación complicada, económica y socialmente. "Queremos hacer una Barcelona más humana, más amable", explicó. Además, ha apuntado que los niños, este año, no sólo han pedido regalos, sino también que ningún niño viva en una situación de emergencia social. "Ningún niño se puede quedar sin casa o sin luz", ha reivindicado en la línea de las políticas de Barcelona en Común.

L'alcaldesa de Barcelona saluda a los niños en el Moll de la Fusta / A. A.

La alcaldesa de Barcelona, después de entregarlos el pan y la sal, símbolos de hospitalidad, les ha dado las llaves que abren todas las puertas de la ciudad y ha remarcado que, así, los ciudadanos están ofreciendo "su casa".

Después de hacer un breve recorrido, Colau ha desplazado en el coche del rey Melchor hasta el principio de la Avenida Marqués de la Argentera, donde ha celebrado la festividad con su familia.

El rey más político

El discurso de la cabalgata ha tenido un tono bastante politizado, especialmente por la intervención del rey Melchor. "Los Reyes traemos aciertos para gobernar con responsabilidad, para los barceloneses y las barcelonesas," ha afirmado a los niños y niños una vez encima del monumento.

"Tenemos esperanza en una Barcelona mejor, más próxima y más justa," ha expuesto el rey Melchor en un discurso más político que propio de un Rey Mago.

El rey Melchor saluda a la multitud en la plaza Urquinaona / Sergi Alcàzar