Unos 32.000 estudiantes catalanes afrontan, los días 14, 15 y 16 de junio, las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). Un momento muy importante en sus vidas, ya que dependiendo de la nota podrán entrar en la universidad y grado que quieren. Por eso, durante estas fechas y, en los días anteriores, se pasan muchos nervios. Es importante, pues, seguir una serie de consejos para poder afrontar este periodo satisfactoriamente. Los explica la profesora de Psicología e investigadora de la UOC, Modesta Pousada.

1. Planificar

A menudo se tiene la percepción de que planificar es una pérdida de tiempo, y que ponerse a estudiar directamente es más efectivo. Eso, sin embargo, es un error, ya que una buena planificación ayuda a optimizar los recursos. 

Los contenidos que entran en las PAU no dejan de ser los mismos que los jóvenes han ido estudiando a lo largo del curso, y de los que ya se han examinado en las pruebas de final de 2º de Bachillerato. Por eso, al no ser contenido nuevo, es muy importante identificar las materias, los contenidos o las competencias que el estudiante tiene asimilados y los que no. Así, se podrá distinguir con facilidad los contenidos que sólo hay que revisar y repasar, y los que se tienen que trabajar con más intensidad.

El segundo aspecto que se debe tener en cuenta en el proceso de planificación es identificar el tiempo que el alumno tendrá para preparar las pruebas. Hay que hacer un calendario de trabajo que sea realista, individual y con descansos. 

2. Comprender

Es importante no sólo memorizar los contenidos sino que también se tienen que comprender. La comprensión ayuda al aprendizaje y al recuerdo, y es fundamental que el estudio se haga dando sentido a lo que queremos aprender. Una fórmula que funciona es relacionar lo que estudiamos con lo que ya sabemos o vincularlo con fenómenos cotidianos.

3. Repasar

La retención de lo que se estudia exige un buen repaso. Un factor clave que se sabe de la memoria es que el olvido se produce de una manera muy rápida. Es por eso que se tienen que planificar varios repasos.

El primero tiene que ser inmediato después del aprendizaje: justo cuando se acaba la sesión de estudio y antes del momento de descanso. El segundo, al final de la jornada: por ejemplo, antes de ir a dormir se puede hacer una rápida revisión de lo que se ha trabajado y dedicar unos minutos a los conceptos que cuestan más. El tercero se debería hacer 24 horas más tarde, aunque sea sólo una revisión visual de lo que se ha estudiado el día anterior, y el último repaso unas horas antes del examen.

4. Marcar cada asignatura con un color

Durante la selectividad se hacen varios exámenes, hecho que puede provocar que se confundan los contenidos entre materias. Una manera de evitarlo es hacer anotaciones o utilizar marcadores de diferentes colores para cada asignatura. Es un método muy sencillo pero que visualmente ayuda al estudiante, sin darse cuenta de ello, a asociar los contenidos al contexto correcto y diferenciarlos de otra asignatura.

5. Aprender a gestionar la ansiedad

El estudio, sin embargo, no lo es todo. Muchos estudiantes viven los exámenes de selectividad con mucha presión, porque sienten que se juegan mucho y que su futuro dependerá del resultado que obtengan.

Estos pensamientos generan a menudo mucha ansiedad y eso no va en favor del alumno, ni en el momento de prepararse ni tampoco en el momento de hacer la prueba. Aprender, pues, a gestionar la ansiedad en situaciones de estrés es un buen recurso que hay que tener en cuenta.