La policía española ha detenido en Barcelona, en una investigación junto con el FBI, a un ciudadano ruso que había creado una infraestructura cibernética mundial desde la que robaba datos personales.

El cibercriminal controlaba centenares de miles de ordenadores distribuidos internacionalmente. Robaba todo tipo de credenciales de carácter personal de los ordenadores, los infectaba distribuyendo correo spam y bloqueaba el acceso a la información que había en los sistemas. Lo hacía mediante un sistema cifrado que además utilizaba para pedir un rescate económico para liberar la información.

La policía calcula que ha estado 10 años ganándose la vida con este fraude.

Una vez detenido, la policía ha desmantelado también la infraestructura informática que controlaba el detenido. Eso ha provocado la liberación masiva de los ordenadores de las víctimas infectados con software malicioso que el detenido utilizaba para controlarlos.