Cerca de 200.000 personas se han acercado a la basílica de San Pedro para despedirse de Benedicto XVI durante los tres días de capilla ardiente previos al funeral que se celebrará este jueves 5 de enero. Según los últimos datos facilitados por la oficina de prensa de la Santa Sede, desde que se han abierto las puertas a las 7.00 horas hasta las 18.00, cuando se ha cerrado el acceso a la basílica para poder preparar el cuerpo del papa emérito para el funeral, se han contabilizado 60.000 personas, las cuales se suman a las 135.000 que hasta ahora habían pasado a rendir homenaje al cuerpo de Benet XVI, que se encontraba delante del monumental ciborio de Bernini. La cifra total, por lo tanto, se eleva a 195.000 fieles que han querido decir adiós a quién fue papa durante casi ocho años, registrando así una afluencia muy superior a la prevista por las autoridades italianas.

Los restos del pontífice emérito han descansado desde el lunes al lado del Altar de la Confesión, donde miles de fieles se han acercado durante tres días formando ordenadas y largas colas a los alrededores de la plaza de San Pedro. Precisamente, en esta plaza tendrá lugar este jueves el funeral de Benedicto XVI, que será presidido por el papa Francisco, aunque oficiado en el altar por el cardenal Giovanni Battista Re. El Vaticano ya ha empezado los preparativos por un solemne acto que espera acoger cerca de 65.000 personas, según los últimos datos de la jefatura de Roma.

Preparativos para el funeral de Benedicto XVI

Las puertas de la basílica de San Pedro han cerrado este miércoles a las 19.00 horas para empezar la preparación del papa emérito para el sepelio. Está previsto que amigos íntimos de Benedicto XVI, entre ellos su secretario personal, Georg Gänswein, estén presentes para velar su cuerpo. Antes de cerrarlo, su rostro será cubierto con un velo de seda blanca, de la misma manera que se hizo en el funeral de san Juan Pablo II en el 2005. El féretro con los restos mortales de Benedicto XVI será trasladado a la plaza de San Pedro a las 8.50 horas de la mañana para el rezo del Rosario por parte de todos los fieles, poco antes que llegue el Papa Francesc para la celebración.

Dos delegaciones oficiales, de Italia y Alemania, participarán en la ceremonia, aunque también acudirán autoridades de otros países a título particular, ya que no se trata de un funeral de Estado. Se prevé la presencia de más de 400 obispos, 4.000 sacerdotes y 1.000 periodistas para un funeral que será prácticamente igual que el de los papas "reinantes", aunque habrá pequeñas variaciones a causa de la condición de emérito de Benedicti XVI. De hecho, durante la capilla ardiente no lució el palio papal, la cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros, y será enterrado sin vestirlo. Tampoco llevará el anillo del pescador que utilizó durante el pontificado, el cual fue destruido en el 2013, cuando anunció su renuncia.