En el marco de la COP28, el conseller de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort, ha firmado este sábado una declaración de compromiso para la creación del Partenariado Mediterráneo de Acción Climática (MCAP) con representantes de quince regiones del África, Australia, Europa y Norteamérica y del Sur. Este partenariado ha visto la luz gracias al liderazgo de los gobiernos de Catalunya y de California. La declaración reconoce la necesidad común de colaborar, compartir conocimientos y darse apoyo mutuamente para actuar ante el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
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Esta nueva alianza transnacional lleva gestándose un año. Tanto Catalunya como California han trabajado en estos proyectos desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica de Montreal, el pasado diciembre de 2022. Con el nacimiento del MCAP se pretende impulsar un enfoque integrado para la adaptación y mitigación del cambio climático y para revertir la pérdida de biodiversidad de las regiones de todo el mundo con clima mediterráneo. Además de los dos gobiernos impulsores, también han firmado la declaración la Baja California Sur (México), Biobío (Chile), el Emília-Romanya (Italia), el Marruecos Oriental (Marruecos), Nova Gal·les del Sud (Australia), Occitania (Francia), Rabat-Salé-Kenitra (Marruecos), Grecia Central (Grecia), Santiago (Chile), Australia del Sur (Australia), Tànger-Tetuan-Al-Hoceima (Marruecos), Victoria (Australia) y el Cabo Occidental (Sudáfrica).
Unidos por un contexto y objetivos comunes
Las biorregiones mediterráneas se encuentran en los cinco continentes y cubren cuatro millones de kilómetros cuadrados (2% de la superficie total) en la cuenca del Mediterráneo, California, Chile, Sudáfrica y Australia. La naturaleza de estas biorregiones hace que sean algunas de las más afectadas por la crisis climática. Concretamente, el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que las regiones mediterráneas se calientan un 20% más rápidamente que la media mundial y son una zona sensible a los riesgos climáticos con una alta vulnerabilidad. Por eso, estas zonas tienen además alta de pérdida de biodiversidad y son muy sensibles al efecto combinado de los motores que provocan el cambio global. Es por todo eso que se ha gestado este partenariado.
Para mantenerse por debajo del límite de aumento de temperatura de 1,5 °C y proteger y gestionar eficazmente las áreas naturales y los océanos y restaurar como mínimo el 30% de los ecosistemas degradados el año 2030, los gobiernos tienen que dar una respuesta coordinada a todos los niveles. Catalunya y California han trabajado con el convencimiento de que hace falta dejar de lado la perspectiva de los límites administrativos y apostar por una perspectiva bio-regional. En este sentido, los gobiernos firmantes de la declaración coinciden en el hecho de que hay que actuar con urgencia, entre otros motivos, porque tienen que hacer frente a los impactos cada vez más frecuentes y virulentos, y suscriben que los estados y las regiones son aliados necesarios para la consecución del Acuerdo de París del año 2015 y del Marco global de biodiversidad de Kunming-Montreal de 2022. Todos se han comprometido a unir esfuerzos y colaborar estrechamente para construir comunidades más resilientes, teniendo en cuenta que se enfrentan a retos y dificultades similares, y para proponer soluciones basadas en un conocimiento común.
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