Una jueza de Barcelona ha condenado a dos años de prisión a un manifestante por lesionar a un agente de los Mossos d'Esquadra de una pedrada durante los desórdenes públicos en los que participaba después de una marcha contra el desalojo del centro okupado de Can Vies, la noche del 20 de mayo de 2014.

En una sentencia en la cual ha tenido acceso Europa Press, el Juzgado de lo Penal 7 de Barcelona ha impuesto a Albert E. 15 meses de prisión por atentado a la autoridad, nueve meses más por desórdenes públicos, además de una multa por un delito de daños y una falta de lesiones, y una indemnización de 210 euros al policía lesionado.

Durante los disturbios, y cuando formaba parte de un grupo de entre treinta y veinte personas que causaban desperfectos, Albert E. lanzó una piedra en un furgón de los antidisturbios y llegó a uno de los agentes que había bajado del vehículo policial; el agente sufrió una contusión en el codo que tardó siete días en curar.

Formaban parte del mismo grupo Carles E., hermano de Albert E., Adrià V. y Joan P., que también se dedicaron a lanzar piedras y jardineras, y a hacer barricadas con contenedores y motocicletas para impedir el paso de las furgonetas policiales, según los hechos que da por probados la sentencia.

El juzgado ha condenado los tres por desórdenes públicos y daños: nueve meses y una multa para Carles E. y Adrià V., y cuatro meses para Joan P., al prever el tribunal el atenuante de alteración psíquica; entre los cuatro tendrán que indemnizar la Conselleria de Interior con 520 euros por los desperfectos.

La pena finalmente impuesta ha sido inferior a los tres años y medio de prisión que en principio pedía la Fiscalía para Albert E. y también menor que el año y seis meses de prisión que solicitaba para los otros tres encausados.

El juicio

En el juicio, que se celebró el 31 de mayo, los cuatro jóvenes defendieron su inocencia y que las detenciones habían sido arbitrarias: Adrià V. dijo que lo habían arrestado después de cenar con unos amigos cuando iba a buscar a su compañera sentimental, mientras que los otros tres argumentaron que estaban intentado buscar la forma de volver a casa.

Sin embargo, el tribunal considera acreditado que los cuatro formaban parte de este grupo de entre 20 y 30 personas que estaban causando disturbios y que fueron los únicos a los cuales los Mossos consiguieron detener, según la resolución judicial.