Las campanas de la iglesia de Santa Maria dels Turers de Banyoles vuelven a tocar durante la noche y lo hacen "con la misma intensidad" que antes. El obispo de Girona, Francesc Pardo, ha subrayado que su "deseo" es que se mantenga así y que no se vuelvan a silenciar, pero sitúa como prioridad establecer "acuerdos" para evitar "ir a los juzgados". El alcalde de Banyoles, Miquel Noguer, ha expuesto que ha intervenido en el conflicto generado a raíz de la queja del propietario de unos apartamentos turísticos siempre con el objetivo de recuperar el toque de las campanas. Además, ha afianzado el compromiso de, si hace falta, declarar el repique Bien Cultural de Interés Local (BCIL) por "protegerlo".

Los vecinos de Banyoles han vuelto a escuchar esta noche el toque de las campanas de la iglesia de Santa Maria dels Turers de Banyoles. El repique enmudeció a raíz de las quejas del dueño de unos pisos turísticos. El propietario dijo al rector que el toque de las campanas impedía que sus clientes descansaran y, delante de eso, el mosén optó por silenciarlas. La decisión generó rechazo de parte de los vecinos que levantaron la voz y se movilizaron convocando caceroladas. El conflicto llegó también al ayuntamiento y el alcalde ha intervenido para intentar encontrar una solución.

Las campanas vuelven a sonar

El obispo de Girona, Francesc Pardo, ha subrayado que desde esta noche las campanas vuelven a tocar: "Mi deseo, como podréis suponer, es que toquen, como ha estado siempre". Sin embargo, sitúa como objetivo llegar a "acuerdos" para evitar "ir a los juzgados". De hecho, no sería la primera vez que el toque de unas campanas llega a juicio, en las comarcas gerundenses está el precedente de Sant Mori (Alt Empordà) y la Catedral de Girona, aquí también a raíz de un alojamiento turístico.

El obispo ha destacado que hay "dos normativas que no siempre se armonizan". Por una parte, la protección del toque de campanas como bien cultural y, de la otra, las limitaciones de decibelios para garantizar los descanso de los vecinos: "Las veces que nos han llevado a juicio, los jueces han considerado que las campanas tenían que callar". Por eso, Francesc Pardo abre la puerta a llegar a consensos que eviten llegar a los tribunales.

El obispo ha llegado que en el caso de la Catedral de Girona se acordó rebajar el volumen del toque de las campanas. Sobre si esta opción se plantea para Banyoles, Francesc Pardo sostiene que dependerá de "si el promotor de la queja quiere salir adelante e ir al juzgado" y si realmente las campanas superan los decibelios permitidos.

En un comunicado difundido esta pasada noche, la Asociación de Vecinos de la Placita del Teatro de Banyoles criticaba la gestión que ha hecho el Ayuntamiento con la recuperación del toque de campanas de la iglesia de Santa Maria dels Turers durante la noche. Según la entidad, el consistorio ha tardado "quince días" a responder la solicitud de información y aseguran que el equipo de gobierno local "en ningún momento" ha querido escuchar "la voz de la ciudadanía".

El alcalde ha salido al paso de las críticas y ha defendido que se puso al frente de la mediación, también a petición del pleno, y que su objetivo siempre ha sido que las campanas volvieran a tocar: "Evidentemente, si estoy interviniendo, lo que no puedo hacer es salir tocando cazuelas, pero si alguien dice que yo no estoy de acuerdo con el toque de las campanas miente".

Miquel Noguer considera legítimas las quejas o la recogida de firmas, pero remarca que la prioridad del equipo de gobierno es dar apoyo al Obispado o al mosén de la iglesia si el caso se acaba judicializando y proteger más el toque de las campanas declarándolo BCIL.

 

 

Imagen principal: Plan abierto del campanario de la iglesia de Santa Maria dels Turers de Banyoles / ACN