La situación de sequía en Catalunya persiste. El Ayuntamiento de Calafell ha iniciado un dispositivo de control con drones para vigilar que se respete la normativa que prohíbe llenar las piscinas privadas. El dispositivo de vigilancia aérea empieza a las 7:00 horas con el objetivo de obtener imágenes de las 2.500 piscinas que se reparten por todo el municipio distribuidas en varias urbanizaciones. Los vuelos se harán de forma duplicada y permitirá comparar las imágenes para que el consistorio pueda comprobar si se han producido cambios, y algunos vecinos llenan las piscinas que están vacías, a pesar de la prohibición marcada por el Plan Especial de Sequía de la Generalitat. El control se hace entre las 7:00 y las 8:00 horas, con el fin de respetar la privacidad de los vecinos. El consistorio ha detallado que si el dron graba a alguien bañándose en su piscina, las imágenes serán eliminadas inmediatamente. Con todo, sostiene que el objetivo no es multar a los ciudadanos, sino reducir el consumo de agua en plena sequía.

Calafell ha instaurado una serie de medidas para paliar contra la sequía, entre las cuales destacan, el corte de las fuentes de la calle, también se han cerrado las duchas de las playas, aunque, sí funcionan los limpiapies. Con respecto a los parques y jardines, el riego se ha reducido al mínimo para la supervivencia de los vegetales.

Medidas para luchar contra la sequía

Antes de verano, la Generalitat decretó una serie de normas en relación con las piscinas tanto comunitarias como privadas. Con respecto a las primeras, que incluyen las de comunidades de vecinos, campings, hoteles o municipales, son consideradas como "refugio climático", sin embargo, en cambio, las particulares no se consideran refugio climático, y, por lo tanto, determinó que las que estaban vacías no podían llenarse y solo se autorizaba llenarla parcialmente por pérdidas por evaporación, salpicaduras o limpieza y, pero en todo caso solo las que cuentan con un sistema de recirculación de agua.

Multa por llenar la piscina privada

El Ayuntamiento de Palafrugell impuso este martes la primera multa por llenar una piscina privada, incumpliendo la prohibición de uso de agua para esta finalidad. Desde el pasado mes de marzo, Palafrugell se encuentra en fase de excepcionalidad por la sequía, hecho que implica restricciones en el consumo de agua. El consistorio ha modificado el reglamento del servicio municipal de abastecimiento de agua para adecuar el régimen sancionador a la situación de restricciones de los recursos hídricos.

El régimen sancionador actual establece multas de entre 150 y 750 euros por incumplir medidas en fase de alerta, de 751 a 1.500 en fase de excepcionalidad y de entre 1.501 y 3.000 en fase de emergencia. En la actualidad, y desde el 7 de marzo, Palafrugell se incluye en la fase de excepcionalidad, declarada por la Generalitat de Catalunya. Por este motivo, las actuaciones prohibidas, como el riego de césped y jardines, la limpieza de vehículos fuera de los establecimientos autorizados o el llenado con agua de una piscina privada, comportarán una sanción en forma de multa de entre 751 y 1.500 euros. En caso de reincidencia, puede aumentar hasta los 3.000. Con la normativa anterior, el incumplimiento de las medidas decretadas estaba sancionado con un importe máximo de 499 euros (999 si la conducta era reincidente).