Más de la mitad de los niños con altas capacidades sufrirán algún episodio de acoso a lo largo de su vida escolar, según un estudio del psicólogo Josep Soler para la asociación No al ACoso Escolar (NACE) que se ha presentado hoy en la Universitat de Lleida. Y habitualmente los casos de acoso no son detectados en la escuela, sino en casa. Para hacer este estudio, Soler se ha entrevistado a 300 familias con hijos superdotados o con fuertes talentos académicos (matemáticos, verbales...). La Fundación de Ayuda a Niños y Jóvenes con Altas Capacidades (FANJAC) de Lleida considera que el primer problema se produce en la falta de detección de los niños con altas capacidades.

Identificar el bullying

Soler cree que el sistema educativo no está preparado para prevenir los casos de acoso: "Nos encontramos con que raramente los padres son informados del problema por la escuela, por lo tanto, eso nos indica que en los centros educativos hay un gran déficit en prevención y detección precoz de los casos". Además, el autor del estudio remarca que un tercio de los casos se pueden considerar graves ya que tienen afectaciones en los menores como depresión, ansiedad, fracaso escolar o problemas de comportamiento, que obligan a seguir tratamiento médico y no permiten asistir a clase con normalidad. Así lo ha corroborado el presidente de la FANJAC en Lleida, Martí Sans, que asegura que han tratado casos de alumnos que se niegan a ir a la escuela e incluso han llegado a autolesionarse para evitar encontrarse con sus acosadores en el aula. Sans destaca que si el bullying afecta en torno al 25 o 30% del alumnado en general, cuando se habla de niños con altas capacidades, el porcentaje prácticamente se multiplica por dos.

Preparar al sistema educativo

El presidente de la asociación NACE, Javier Pérez Aznar, señala que "si eso pasa es porque el profesorado no está lo suficientemente preparado para combatir el acoso escolar y tampoco para conocer y atender las altas capacidades, por lo tanto, se junta un doble desconocimiento sobre la misma realidad". Por eso propone fomentar la formación y aplicar planes de prevención en las escuelas. Asegura que una de las experiencias que más está funcionado es la "tutoría entre iguales", que fomenta que los alumnos se protejan entre ellos y que también contempla mecanismos específicos para los niños y jóvenes con altas capacidades. "Es fundamental tener todas estas estructuras para dar seguridad", concluye.

Detectar a los superdotados

Sans ha insistido en que una de las principales reclamaciones de la asociación es que la Generalitat implante un plan de detección sistemática de las altas capacidades en las aulas, siguiendo el ejemplo de comunidades autónomas como Andalucía, Madrid o Murcia. Sans asegura que actualmente solo el 17% del profesorado en Catalunya tiene formación específica para detectar altas capacidades en el alumnado, un porcentaje "insuficiente" que hace que "muchos niños con dotaciones o talentos especiales se nos escapen e incluso acaben con fracaso escolar y dejando los estudios". Y es que estos niños y jóvenes necesitan motivaciones específicas y retos para que no se aburran y puedan desarrollar sus capacidades y talentos. Sans lo ejemplariza con cifras. Asegura que en Catalunya solo se detectan altas capacidades en el 0,02% -menos de 300- cuando el mismo Departament d'Ensenyament reconoce que los niños y jóvenes con estas características suponen entre el 4 y el 6% del total. En cambio, gracias a planes sistemáticos, se detectaron 7.000 casos en Andalucía, 3.000 en Murcia y 1.700 en Madrid. Por eso, la FANJAC recomienda que los padres que sospechan que sus hijos puedan tener altas capacidades se dirijan a la escuela, a los equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógica (EAPs) o a algún centro externo para que les hagan la evaluación correspondiente.