La contundencia de las cargas policiales y también de los incidentes en Gràcia después del desalojo del denominado Banc Expropiat es la más grave de los últimos dos años. Los últimos disturbios fueron en Can Vies el 26 de mayo del 2014, a raíz del desalojo del centro social autogestionado de Sants. Se produjeron cuatro días consecutivos de disturbios en rechazo al desalojo y contra el derribo de Can Vies.

La contundencia de los ataques es ahora la misma, con nuevas estrategias y más dureza contra los Mossos y todo el entorno urbano. En Can Vies utilizaron las piedras de toda la vida, pero también material pirotécnico que sirvió para quemar una unidad móvil de TV3. Durante cuatro días hubo barricadas de contenedores llenos de fuego, calles cortadas, una batalla campal en el corazón del barrio de Sants. Días antes, el entonces conseller de Interior, Felip Puig, alertaba de grupos organizados de violencia urbana y los cifraba en unos 400. Radicales, que según Interior, se entrenaban y se preparaban para ataques contundentes contra la policía.

Los incidentes empezaron prácticamente igual que ayer a Gràcia: con un grupo de encapuchados que salió de la misma manifestación. En Can Vies empezaron los lanzamientos de piedras y botellas, primero contra periodistas, después contra Mossos y quemaron la furgoneta de TV3 en poco más de 5 minutos. También prendieron fuego a la excavadora que tenía que derribar el centro social autogestionado y que aquella mañana ya había empezado a trabajar. Los disturbios duraron seis días y hubo 61 detenidos.

Dos años después, Gràcia ha vivido unos incidentes similares, con algunos detalles sin precedentes, como el ataque directo a la línea policial y el intento de quemar una furgoneta de los antidisturbios. La policía está analizando el líquido inflamable que utilizaron, y de momento es para ellos desconocido. No se había utilizado nunca antes. Entre el material que se requisó ayer por la noche hay sacos de adoquines, bengalas, material pirotécnico y pastillas inflamables para encender barbacoas, que es con lo que hacen fuego en los contenedores para hacer las barricadas. La policía requisó algunos materiales antes de la manifestación, pero aun así admiten que no pueden invalidar la libertad de movimiento de las personas y no pueden registrar sin motivo a todo el mundo.

El segundo día de manifestaciones a Gràcia se presenta a priori exactamente igual que el segundo día de Can Vies. Al menos el guión previsto inicialmente es el mismo. Esta noche saldrán columnas de manifestantes de diferentes puntos de Barcelona como el Clot o Sants. Acabarán todos en la plaza del Diamant, en Gràcia, desde donde tiene que salir una marcha conjunta. La policía no dará opciones y avisa a los manifestantes que si observan cualquier conducta sospechosa de violencia, se marchen de la concentración, porque los Mossos cargarán al instante y con la misma contundencia que lo hicieron este lunes.

El rasgo diferencial entre las consecuencias de los disturbios en Sants y Gràcia, es que las calles son mucho más estrechas y los edificios antiguos. El fuego puede llegar fácilmente a los balcones y provocar incendios en los pisos. Los Mossos tampoco se pueden mover rápidamente porque las furgonetas no entran en los callejones. Tienen que perseguir a pie a los manifestantes que provocan los disturbios. Para dispersarlos, lo hacen a golpe de porra y con las lanzadoras de proyectiles de foam que sustituyen las pelotas de goma. También utilizan los cañones sonoros que provocan molestias al oído, no sólo a los que provocan disturbios, sino también a los vecinos. El único elemento de dispersión que todavía no han utilizado los Mossos son los gases lacrimógenos.

Gràcia va camino de convertirse en un Can Vies 2. De momento, hay convocados seis días seguidos de manifestaciones.