¿Sabes cómo bailan tus hijos e hijas cuando salen de fiesta? Quizás has visto imágenes sobre cómo se mueven los adolescentes y no tan adolescentes en las diferentes discotecas. Estas últimas semanas han circulado por internet unas imágenes muy sugerentes donde precisamente jóvenes realizan un baile muy sexual, casi simulando el coito. Las imágenes en cuestión son de la Titus Carpa de Badalona en un horario especial para menores de edad.

"No es ninguna coreografía, bailan con cualquier música de esta manera, desde baladas hasta música dance," aseguran a ElNacional.cat fuentes próximas a la discoteca. Afirman que "no es un hecho aislado", que también se bailan en otras discotecas. ¿Sin embargo, qué bailan? Se llama dembow o perreo extremo. Y ante la sorpresa, ¿qué es este baile? Aunque no resulte familiar, no es nuevo. Nació en los años 80 pero no ha sido hasta que el reguetón se ha expandido a nivel mundial que ha encontrado un agujero para darse a conocer y sobre todo, para vitalizarse.

El elemento principal del dembow es el ritmo, que de hecho, toma la base del reguetón y del dancehall, aunque generalmente está marcado por un ritmo constante y mucho más rápido que el reguetón. Así, el ritmo y las melodías acostumbran a ser sencillos y repetitivos con unas letras llenas de expresión, en su origen, que los jóvenes utilizaban para comunicarse.

"El baile establece relaciones de poder"

¿Es sexista este baile? "La violencia sexista está sobre todo en el hecho de que el baile establece relaciones de poder", explica el sociólogo e investigador de la UAB Enrico Mora. "Muestra a la mujer como un objeto". Y constata que es el hombre quién conduce el baile "enfocado en su sexo" y, que por lo tanto, la mujer tiene una posición sumisa: "Ella está centrada en la satisfacción sexual de él". "Hay una exigencia en el cuerpo femenino, muy marcado por las curvas y actitudes sexuales", señala.

Preguntado por si este tipo de baile puede influenciar en la manera como nos relacionamos, el investigador insiste en qué "se refuerzan estereotipos de género". A pesar de todo, plantea una reflexión: ¿Por qué nos alarmamos? Por el sexismo del baile o por la sexualidad"?. De esta manera, se pregunta por qué es este baile el que provoca revolución y no los bailes de salón: "Es el baile o quien lo hace?".

Ahora bien, las imágenes del vídeo en cuestión hacen referencia a menores de edad. En este sentido, Mora expone que se pueden encontrar en situaciones de "conflicto". "Perrear sí, pero quizás no hay que precipitarse tanto". Y recuerda que no se tiene que olvidar de que "él sale reforzado (del baile), ella no".

Me gusta pero es machista, ¿qué hago?

"Vivimos en una sociedad hipersexualitzada. La revolución sexual es una involución, es algo que no llevamos bien como sociedad, no se normaliza, parece que al final, lo único que se haya normalizado sean las revistas porno", resalta la socióloga y profesora del posgrado de Género de la Administración Pública de la Generalitat de Catalunya Cristina Sánchez Miret. "Los bailes son machistas porque la sociedad lo es. Es una pauta que se repite y hay situaciones en las que el baile es muy explícito. Él disfruta viéndolo".

Los bailes son machistas porque la sociedad lo es. Es una pauta que se repite

Y el dilema moral. "Me gusta pero es machista, ¿qué hago?" Esta pregunta es recurrente en muchos jóvenes (y no tan jóvenes). "Contiene sexismo sí, pero para bailar me gusta", declaran.

Precisamente sobre esta idea también reflexiona Sánchez Miret: "Alguna cosa falla si te gusta esta música pero no el mensaje de sus letras", así y todo, reconoce que todos nos tenemos que adaptar. Insistiendo en la idea de escuchar la música porque nos gusta para salir de fiesta, la experta constata que "la imagen del baile va calando hasta que se normaliza".

Así y todo constata que el contexto añade mucha presión. "Hace que vivamos situaciones contradictorias, y tenemos que ser conscientes de las trampas que nos pone la sociedad".

Alguna cosa falla si te gusta esta música pero no el mensaje de sus letras

Si bien es cierto que cada vez necesitemos imágenes más impactantes para escandalizarnos. “El baile y la sexualitzación son a las culturas populares desde el comienzo del pop-rock”, expone el profesor e investigador de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC Roger Martínez Sanmartí. Y asegura que el rock-n-roll también causaba escándalo por el baile de caderas y las letras picantes, o que el jazz era una música de negras. “Y ahora viene el reggaeton, y lo lleva todavía más allá. Es uno de los elementos de la triada sexo, drogas y rock-n-roll”.

El reguetón, la música más escuchada

Que el reggaeton es el estilo de música más escuchado de Spotify no es ningún secreto. Los expertos consultados aseguran que es la música para salir. “Cuando un estilo o un baile es tan popular, quiere decir que su apropiación es muy diversa”, remarca Martínez Sanmartí, y expone que si bien en los videos, en las letras y en gran parte del estilo hay un fuerte componente sexista, “esto no quiere decir que todo el mundo que lo baila o lo escucha tenga que reproducir los patrones. Hay maneras muy diversas de participar e incluso versiones feministas, aunque sean minoritarias”. También remarca que una cosa es que sea sexual y otra que sea sexista: “La sexualidad puede gustar o no, pero evidentemente no tiene que ser necesariamente sexista”.

"Es un baile hipersexualizado, se centra en el cuerpo de la mujer", recalca Misex, creadora del electroguarritrop. Los jóvenes son los que están más puestos por su voluntad de mostrar y demostrar. Quieres demostrar que eres el mejor", y subraya que alguna cosa "se está haciendo mal si las chicas siguen prefiriendo eso".

Misex insiste en el hecho de que "en todos los bailes hay uno dominante y normalmente es el hombre". "Y la mujer simplemente, sigue. Entonces nos tenemos que plantar y preguntarnos si lo hacemos porque eso es así o porque sentimos la música de esta manera".

Sin embargo bailar nos gusta. "El baile es una manera más de salir pero a veces este simbolismo se transforma en imitación del coito. Muchos bailes se convierten en eso", detalla el profesor de musicología del ESMUC Rubén López Cano. Comenta también que todas las músicas están rodeadas de discursos y señala que se establecen relaciones de poder y sumisión: "El chico se restriega pero llega un momento que ya no es excitante para él y es la chica quien obtiene placer". Asegura que aunque puede darse este caso, que el chico ya no esté disfrutando con el frotamiento, "la mayoría de las veces hay una ideología machista".

López Cano también habla del debate feminista sobre este estilo de música y destaca que son cosas diferentes. Las chicas pueden llegar a tener una percepción diferente a la que tiene el chico e intervenir. El hombre también puede llegar a sentirse utilizado".

Aunque todavía es residual, cada vez se pueden encontrar más muestras de neoperreo, donde las mujeres son las que marcan el paso o ejemplos de reggeaton feminista y queer, que buscan romper con los estereotipos. A pesar de todo, los expertos consultados constatan que todavía falta mucho trabajo por hacer. "Todo el mundo dice cosas malas sobre el reaggeton pero después todo el mundo lo escucha", concluye López Cano.