Ismael Rodríguez Clemente, de 28 años y de Barcelona, pasará esta noche en la comisaría esperando volver a reconstruir este domingo los hechos del doble crimen de los dos agentes rurales de Aspa (Segrià) que hoy ha cometido y ha confesado.

Como la gran mayoría de los aficionados a esta práctica, Ismael Rodríguez se desvivía para encontrar nuevas zonas donde cazar. Su otra gran pasión, las motos. Corría en circuitos y, de hecho, lucía sus dos aficiones en su muro de Facebook, que tiene en abierto.

Hacía un año que trabajaba de soldador en una empresa de Sant Quirze del Vallès, tiene novia y vive en Vacarisses, donde pocas horas después de los hechos los que lo conocen no dejaban de asombrarse por el doble crimen.

Este sábado ha ido a cazar con sus compañeros de grupo a Aspa. Ellos han sido los que le han convencido de llamar a la policía después de disparar a los dos agentes rurales y dejarlos al suelo. Tenía uno de los permisos en regla. Podía cazar con el rifle, que se acostumbra a utilizar para el jabalí, pero no podía utilizar la escopeta de caza menor. Y cuando le han pedido la licencia ha tenido una reacción inesperada y violenta y ha matado a los dos agentes rurales. Él mismo lo ha confesado a los Mossos d'Esquadra. Ha matado a los dos agentes rurales a sangre fría, a bocajarro y apuntándoles directamente a la cabeza. Y ha disparado tantos tiros como le ha permitido el pestillo de seguridad del arma: tres.

Estupefacción entre los cazadores

Los diferentes grupos de cazadores que hoy había en Aspa han visto al asesino confeso rodeado de sus compañeros mientras la policía acordonaba toda la zona, justo antes de detenerlo. El doble homicidio ha pasado en medio de un domingo de caza, en una zona complicada con olivos, donde nadie ha visto los hechos cuando pasaban.

Pero la llegada del helicóptero ha alertado a todo el mundo. Los diferentes grupos de cazadores que había en la zona, sobre todo los de Barcelona, de dónde provenía Ismael Rodríguez, se han tenido que identificar delante de la policía y esperar hasta que los han dejado volver a casa. Rodríguez Clemente, sin embargo, ya no ha vuelto. Ha subido en el coche policial, que lo ha llevado a la comisaría de Lleida de los Mossos d'Esquadra, desde donde el lunes saldrá para ir a declarar en el juzgado de instrucción número 4, que lleva el caso.