La Policía Nacional desarticuló en Olot, Vizcaya y Cantabria una banda criminal que se dedicaba a recuperar armas viejas, reformarlas y ponerlas de nuevo en circulación. La policía estima que se han decomisado entre 10.000 y 12.000 armas de guerra (pistolas, ametralladoras, fusiles, rifles, antiaéreos...). Algunas estaban inutilizadas, pero las otras estaban activas. Su precio, en el mercado negro, podría elevarse a 10 millones de euros.

Los cinco responsables de la banda, cuatro hombres y una mujer de nacionalidad española, fueron capturados en Olot; tres de ellos ya han ingresado en prisión sin fianza y el juez ha dictado medidas cautelares para los otros dos. La banda disponía de un gran taller para manipular armas inutilizadas y volver a activarlas. De esta forma abastecían a traficantes de armamento de diferentes países europeos. La policía se ha apoderado también de 80.000 euros y sellos usados para falsificar la documentación de las armas.