"Por el interés general". Así ha justificado el líder de CiU en Barcelona, Xavier Trias, el pago de un alquiler anual de 65.000 euros por el local ocupado de Banc Expropiat, después de que la Fiscalía lo ha acusado de malversación de fondos públicos. Trias ha asegurado que la decisión está "ajustada al derecho" porque pretendía evitar un "conflicto grave" en Gràcia.

Era una medida temporal. El convergente ha explicado que no pretendía alargarlo más de un año, sino darse un margen para negociar con los okupas. Pero cuando perdió la alcaldía el mes de mayo de 2015, "deja de ser nuestra responsabilidad", y la iniciativa, que no se había dado a conocer al movimiento okupa, pasa a manos de Barcelona en Comú.

Entonces, a la nueva concejala de Gràcia se le explica la situación del 2014, ante la denuncia por el desalojo interpuesta por el nuevo propietario del local, que más tarde hizo saber a los activistas. Para el convergente "no tenía lógica" hacérselo saber antes, ha señalado el convergente en una rueda de prensa desde el consistorio, reivindicando que "representa una excepción motivada por una casuística muy concreta". 

En este punto, Trias ha vuelto a enumerar sus motivos del alquiler: baja incidencia en quejas vecinales; buena integración de la actividad en el tejido asociativo del barrio, y la previsión de que el desalojo sería muy conflictivo "como se ha demostrado estos días". Además, "era un centro emblemático que generaba simpatías" en Gràcia. 

Negociaciones

El precio del alquiler, que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha tildado esta semana de "desorbitado", ha hecho sospechar. Pero Trias se ha sacudido rápido de encima las responsabilidad, con miradas y comentarios cómplices de los concejales que lo acompañaban durante su intervención. "Es la gente de Patrimoni quien hace estas tasaciones", ha remachado, añadiendo tímidamente que "creo que se ha hecho bien hecho". 

Sobre la eventual interlocución que pedirá el conflicto, porque "no podemos admitir violencia a las calles", Trias ha hecho una sugerencia: "Contactos indirectos". Según ha explicado, la situación "exige participación discreta de personas ajenas a la administración que ayuden a buscar una solución", porque los okupas "tienen la mentalidad que tienen". "Yo he intentado sentarme mil veces y no ha habido manera", ha revelado. 

Con todo, sin embargo, "es mejor hacer prevención que encontrarse con los disturbios", ha dicho en defensa suya, afirmando que "no creo que nos pueda perjudicar a las elecciones", en referencia al 26-J. "Es mi opinión después de una experiencia muy dura como los incidentes de Can Vies", ha concluido.