Apenas 24 horas después que Alemania anunciara que suspende​ la venta de armas a Arabia Saudí, la presión empieza a extenderse al resto de países de la Unión Europea. La decisión deja en una posición incómoda especialmente a España que, junto con Francia y el Reino Unido, son los tres países europeos que más armas exportan a Riad.

El gobierno de Berlín pidió hoy una "postura europea" común en esta cuestión a raíz de la muerte del periodista Jamal Khashoggi, el pasado día 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul. "Sólo si todos los ministros europeos de Exteriores están de acuerdo, se impresionará al Gobierno en Riad", opinó el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, uno de los miembros del gabinete más cercanos a Merkel.

Alemania recuerda que no tendría ningún sentido ni efecto que el país germánico suspenda las ventas de armas a Arabia Saudí y que, "al mismo tiempo, otros países" del continente llenasen "ese vacío". 

Desde España, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha preferido echar balones fuera y ha pedido esperar, como mínimo, hasta después la comparecencia de este miércoles en el Congreso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El Gobierno tiene que explicarse después que el pasado 4 de septiembre anunciase que cancelaría la venta de 400 bombas de precisión láser al país árabe y cambiase de posición sólo cuatro días después. 

Borrell se ha remitido también al comunicado "rotundo y claro" que hizo público el Ministerio de Exteriores después de la muerte de Khashoggi. En ese comunicado, el Gobierno se mostraba "consternado", expresaba el pésame a los familiares y pedía una "investigación exhaustiva y transparente". En ningún momento, se hacía referencia a posibles afectaciones sobre la venta de armamento. 

Podemos y Navantia: más presiones

Las presiones no vienen sólo del exterior. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha anunciado que planteará esta reclamación a Sánchez en su comparecencia del miércoles. Ante los medios, ha opinado que sería "muy sensato" secundar la decisión de Alemania en protesta por la muerte de Khashoggi y "no colaborar con dictaduras sanguinarias", al tiempo que se protege a un sector como el de los astilleros. 

Por otro lado, los mismos astilleros ven con preocupación que España pudiera sumarse a la decisión de Alemania y anuncian reacciones. "Digo lo mismo que dijimos: si en algún momento el contrato peligra, los trabajadores responderán de inmediato, hay en juego muchos puestos de trabajo", subraya el presidente del comité de empresa del astillero de Navantia en San Fernando (Cádiz).

Un contrato de 1.800 millones

En el astillero de Cádiz está previsto empezar el próximo mes de enero la construcción de las cinco corbetas que Arabia Saudi ha encargado a los astilleros españoles, un contrato cifrado en 1.800 millones de euros y que, según las estimaciones, supondría crear 6.000 empleos directos e indirectos. 

Arabia Saudí es el tercer país del mundo que más dinero dedica a defensa y, según estimaciones del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), obtiene el 61% de su armamento de Estados Unidos, el 23% de Reino Unido, el 3,6% de Francia y el 2,4% de España.