La policía no tiene nada claro que el acusado del crimen de la Zona Alta de Lleida sea inocente. Aunque ha quedado en libertad después de los resultados de las pruebas de ADN, tienen sospechas que podría ser el autor material de los hechos.

Fuentes de la investigación explican que "el hecho de que no salga la prueba de ADN, no significa que no sea el asesino". También admiten que no tienen pruebas concluyentes contra el hombre que detuvieron el mes de mayo y que el juez encerró en la prisión preventivamente acusado de matar a un médico de 82 años en la Zona Alta de Lleida.

Con todo, queda la duda, porque las pruebas de ADN en este caso no son definitivas. Y es que no se ha analizado si había muestras de ADN del acusado en el arma del crimen y en el cadáver, sino que lo que se ha hecho ha sido buscar muestras de la víctima en objetos que tenia el asesino.

Ante el silencio del acusado, que nunca quiso declarar, y que sólo habló para decir de que era inocente, el juez ordenó a la policía que entrara en el domicilio del acusado y buscara objetos que pudieran relacionar a la víctima y el asesino y el mismo crimen. Los Mossos encontraron en la entrada del piso del detenido dos cuchillos. Y han sido estos dos cuchillos los que se han analizado. Pero no son el arma del crimen. Ni tenían sangre de la víctima ni ninguna prueba genética.

Pero para la policía ésta no es una prueba concluyente que determine la inocencia del acusado, porque no se hizo la prueba de ADN sobre el arma del crimen. Pero los investigadores tampoco tienen indicios claros que señalen al hombre que ha quedado en libertad. Ante esta evidencia tanto la policía como el juez tienen las manos atadas.

Buscando

Las pruebas de ADN del caso de la Zona Alta se realizaron entre 48 y 72 horas. Pero el proceso se alargó porque desde que las pide el acusado hasta que llegan los resultados, hay que encontrar qué analizar. Hay que dar el orden de registro, encontrar algún objeto, analizarlo en el laboratorio, obtener los primeros resultados y repetir el muestreo, porque se trata de un caso grave, con un detenido en la prisión y un crimen sin resolver. Y en estos casos, se repiten las pruebas.

El acusado argumentó su inocencia retando a la policía y a la justicia a encontrar ADN de la víctima entre sus pertenencias. Un recurso habitual entre las estrategias de las defensas de acusados de asesinato. Pero sin el arma del crimen y sin muestras de la víctima en el entorno del acusado, es complicado que den positivo. Con todo, si los Mossos no tienen la certeza en un porcentaje muy alto de que es el autor material de los hechos, no pueden dar por buenas las pruebas ni las hipótesis.

El juez ha tenido que dejar en libertad al acusado y archivar el caso, pero deja una puerta abierta a reabrirlo. Ahora mismo el crimen no tiene autor conocido y judicialmente el proceso queda en un callejón sin salida. Pero policialmente los investigadores siguen buscando pruebas para detener al asesino.

Cierre provisional

Ante la posibilidad de que haya un asesino en libertad, fuentes de la investigación apuntan que los informes médicos del detenido le diagnostican una esquizofrenia, y en este sentido la policía cree que se hubiera podido tramitar su ingreso en un hospital psiquiátrico. Pero hace falta que una de las partes lo pida y la fiscalía en su momento sólo pidió el ingreso en la prisión provisional.