Un vigilante de seguridad de 66 años acusado por proponer matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha declarado que no tenía intención de asesinar a nadie y que tampoco era "ni un mercenario ni un francotirador", como alardeó en un grupo de WhatsApp, hoy en el juicio en la Audiencia Nacional. "Yo me sentía como un héroe, como Rambo y decía cosas como estas para salvar a España", ha señalado el acusado, Manuel Murillo, al justificar que escribió esos mensajes en un grupo de WhatsApp estando borracho, según informa Efe. El fiscal pide 18 años de presión para Murillo, a quien acusa de los delitos de homicidio en grado de proposición con agravante de discriminación ideológica, depósito de armas y municiones de guerra, tenencia de armas prohibidas, depósito de municiones no autorizadas y tenencia de explosivos. A raíz de su arresto el 2018, fuentes gubernamentales aseguraron que la seguridad de Sánchez "en ningún caso se había visto comprometida".

Murillo, detenido  por estos hechos en Terrassa e  hijo del último alcalde franquista de Rubí (Barcelona), se vinculó con entornos de extrema derecha. Hoy, en el juicio, ha asegurado no recordar ninguno de los mensajes que envió expresando su intención de acabar con la vida de Pedro Sánchez y ha argumentado que en esos momentos se encontraba bajo los efectos del alcohol y los fármacos. "No sabía lo que estaba haciendo, pero no tenía intención de matar a nadie. Ni he hecho la mili, ni soy mercenario, ni francotirador. Solo he disparado en una galería de tiro", ha explicado. "Si lo sacan (a Franco) me cargo a Sánchez" y "Mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco" fueron algunos de los mensajes que envió al grupo de WhatsApp "Terrassa por España". Una receptora de estos mensajes, entonces dirigente local de Vox, los denunció, y los Mossos detuvieron al acusado en septiembre de 2018, cuando iba en su vehículo, donde le intervinieron una pistola, una carabina, un puñal, un punzón y útiles para la práctica de tiro.

Mensajes

Según explica el fiscal José Perals en su escrito de acusación, en el registro de su casa se hallaron numerosas armas y municiones, entre ellas tres revólveres, una escopeta, un fusil, una ballesta artesanal y un artefacto explosivo de confección casera. Sostiene que el acusado, de 66 años, "alcanzó la convicción personal de la necesidad de planificar acciones tendentes a causar la muerte del presidente del Gobierno como forma de derrotar el gobierno socialista". Además, según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, "solicitó de forma pública privada ayuda para llevarlo a cabo" en el grupo "Terrassa por España", formado por personas "afines a ideología política nacionalista y conservadora", exponiendo que tenía "muchas armas y munición". "Yo lo hago. Necesito ayuda y tiene que ser patriotas (...) Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo se hunda a España. No haría falta guerras", planteaba. Contactó asimismo con particulares, como uno de nombre "Vox organizador", aunque el fiscal aclara que no consta que pertenezca a esa formación, y también manifestó la necesidad de crear "un comando de francotiradores" en relación con Sánchez.

"Lo haría particularmente, solo necesito periodistas que siempre están allí donde hay la noticia para ir como ellos al punto en el lugar y hora que estará el Sánchez para tener preparado el disparo. Es para tirar de lejos, para eso necesito alquilar un piso cerca y preparar todo como la peli de una bala para el Rey", transmitió. Los mensajes fueron emitidos entre julio y septiembre de 2018. En el primero, de 18 de julio, señalaba: "No podemos permitir que humillen al Generalísimo Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera (...) Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo".

En agosto ya aludió directamente al presidente: "si levantara la cabeza el abuelo materno de Pedro Sánchez que estuvo al lado de Franco le estaría dando ostias hasta donde no se puede decir (...). Ya me gustaría tenerlo un día en el punto de mira". La Fiscalía observa que empezó a fraguar "un discurso de rechazo" hacia Sánchez, que culminó "en el deseo expresado de forma explícita del procesado de acabar con su vida como medio para forzar un cambio en la vida política del país". Hoy, el acusado se ha desdicho de todo.