Alerta máxima: el 99% de la población mundial respira aire contaminado. Así consta en el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde se advierte que el aire tiene niveles de calidad inferiores a los mínimos fijados. El documento se ha publicado este martes con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud, el próximo 7 de abril. En el estudio se han analizado más de 6.000 ciudades de 117 países y se pide frenar el uso de combustibles fósiles y tomar medidas "tangibles" para reducir la contaminación con el objetivo de mejorar esta pésima tasa. Así pues, se trata de la base de datos más importante sobre las concentraciones a las ciudades de dióxido de nitrógeno, un contaminante urbano común y precursor de partículas y ozono.

La OMS detalla que a pesar de la monitorización del estado del aire, las personas siguen respirando niveles "insalubres" de contaminantes. El porcentaje del 99% supone en cifras absolutas aproximadas unos 7.700 millones de personas, de manera que se calcula que más de trece millones de muertes en todo el mundo cada año se deben a causas ambientales "evitables". La directora del departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, Maria Neira, ha alertado de que esta contaminación del aire está aumentando los casos de enfermedades respiratorias en el mundo. "Después de sobrevivir a una pandemia, es inaceptable tener todavía millones de muertes prevenibles e incontables años de buena salud perdidos prevenibles por mor de la contaminación del aire. Eso es lo que decimos cuando observamos la montaña de datos, pruebas y soluciones disponibles sobre la contaminación del aire. Sin embargo, todavía se está invirtiendo demasiada inversión en un medio ambiente contaminado en lugar de en un aire limpio y saludable", ha dicho.

El sesgo de clase en la contaminación

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha apuntado la "importancia" de acelerar la transición hacia sistemas energéticos más limpios. Es decir, que es necesario que los gobiernos "intensifiquen" las acciones para revisar los estándares nacionales de calidad del aire e implementarlos de acuerdo con las directrices de la OMS. Con eso, la organización señala que las autoridades tienen que sacar adelante medidas que permitan la transición hacia el uso "exclusivo" de energía limpia a los hogares y reforzar los sistemas de transporte públicos para hacerlos "seguros, asequibles y favorables". Por otra parte, la organización considera que los gobiernos tienen que mejorar la gestión de los residuos municipales, e implementar normas "más estrictas" con respecto a las emisiones de los vehículos. "El doble desafío de la contaminación atmosférica y el cambio climático muestra la urgente necesidad de acelerar el paso hacia un mundo menos dependiente de los combustibles fósiles", ha señalado.

Los datos de la agencia muestran cómo la contaminación aérea es más elevada en los países más pobres. No obstante, aunque los países con ingresos más altos ven menos contaminación por partículas, la mayoría de ciudades tienen graves problemas con el dióxido de nitrógeno. Es decir, que un 99% de las ciudades en países con ingresos medios y bajos y un 17% de las naciones más ricas no cumplen con los estándares respecto de las materias en suspensión, ni en el caso de las PM10 (10 micras de diámetro) ni en las más nocivas PM2.5 (con un diámetro inferior a 2,5 micras). En el caso del dióxido de nitrógeno, asociado al asma y a otros problemas respiratorios, son más altos que los recomendados por la OMS en el 77% de las ciudades que miden este tipo de polución.

Medidas para la calidad del aire

El año 2021 la OMS revisó sus directrices de calidad del aire, haciéndolas más estrictas en lo que consideran "un esfuerzo por ayudar a los países a evaluar mejor la salud de su propio aire". Y es que solo el 10% de las ciudades de todo el mundo cumple con los niveles de calidad del aire recomendados por la agencia. Es por eso que ha pedido los gobiernos adoptar o revisar e implementar estándares nacionales de calidad del aire de acuerdo con las últimas directrices, así como dar apoyo a la transición hacia el uso exclusivo de energía doméstica limpia para cocinar, calentar e iluminar. También ha pedido reducir la incineración de restos en el sector agrícola, la reducción de la producción de carbón vegetal e invertir en mejor eficiencia energética a la hora de diseñar viviendas, centrales o industrias.

Las recomendaciones de la OMS no se acaban, motivo por el cual ha instado a la construcción de sistemas de transportes públicos seguros y adecuados y redes amigables para peatones y ciclistas; implementar normas más estrictas sobre emisiones y eficiencia de los vehículos; hacer cumplir la inspección y el mantenimiento obligatorios por vehículos; y mejorar la gestión de residuos industriales y municipales. Finalmente, reclama que más ciudades del planeta se unan a la red global de control de calidad de aire y que los gobiernos adopten y revisen los nuevos estándares fijados el año pasado por la OMS en este sentido.