Fue uno de los casos que sacudió el Eixample barcelonesa. Primero, en secreto, cuando las víctimas se lo iban encontrando. Después, en los medios, cuando se difundieron las primeras fotografías de un violador en serie que asediaba a las mujeres de Barcelona y las amenazaba con un objeto punzante. A veces un cuchillo, otros un destornillador.
Este mes de enero se ha hecho el juicio y le han impuesto 66 años de prisión por cuatro delitos de agresión sexual (tres de ellos con el agravante de reincidencia) y tres delitos de robo con intimidación. La Audiencia también le condena a pagar a las víctimas un total de 110.000 €.
La Audiencia le absuelve de un delito de agresión sexual y robo con violencia al no haber podido practicarse la prueba preconstituida de la víctima, que no reside en el país, y no disponer, por lo tanto, de su declaración en sede judicial.
La sentencia explica punto por punto cómo el violador entraba en las porterías detrás de las victimas, las arrinconaba, las obligaba a hacerle una felación y después les robaba el dinero que llevaba encima. En uno de los casos hubo violación vaginal y siempre las amenazaba con el cuchillo o el cúter.
De los 66 años solo cumplirá 20, y después estará 32 más en libertad vigilada.