El 6% de la población universitaria son estudiantes sénior con la mayoría de mujeres. En el curso 2019-2020, los 17 programas universitarios sénior de la Xarxa Vives contaban con más de 18.000 alumnos, con un peso en relación con el total del alumnado de grado y máster de cerca del 6%. Se constata la feminización del alumnado todavía más pronunciada que la propia de los estudiantes de grado y máster. Así lo constata el estudio de Formació universitària sènior. Informe sobre l’impacte social en l’estudiantat, llevado a cabo por la Fundación Pere Tarrés y la Red Vivas de Universidades, que destaca que el 67% de las inscritas son mujeres.

Otro dato relevante de la investigación es que ocho de cada diez estudiantes universitarios sénior tienen estudios previos: el 62,4% ha cursado estudios universitarios, mientras que el 24,8%, estudios secundarios. En el grupo de personas que únicamente cuentan con estudios primarios, el porcentaje de mujeres dobla (69,2%) al de hombres (30,8%).

"Forma parte de una generación que no ha tenido opción de ir a la universidad", ha destacado la investigadora principal del estudio Montserrat Garcia-Oliva durante la presentación de las conclusiones en la Pere Tarrés. "Las mujeres en más de tener una barrera social, tenían una de género".

hombres mujeres

En este sentido, el informe concluye que los beneficios sociales y de salud que obtienen los estudiantes sénior aumentan a medida que suman años a la universidad. Los programas universitarios sénior cubren necesitados intelectuales, culturales y sociales, cumpliendo una función inclusiva, según constatan. Estas generaciones tienen un nivel formativo inferior y viven el inicio de unos estudios universitarios con ilusión y como una oportunidad de crecimiento y superación personal. Hablan de ir a la universidad como de recuperar un tiempo perdido.

Menos formación, más disfrute

El alumnado con menos formación previa, y especialmente las mujeres, está más satisfecho con los beneficios de ir a la universidad. De hecho, sólo dos de cada 10 estudiantes sénior son personas sin estudios o con estudios primarios, mientras que seis de cada 10 tienen estudios universitarios previos.

Las mujeres entrevistadas resaltan que asistir a clases en la universidad les permite disfrutar de un espacio propio y estar liberadas de mandatos de género como el cuidado de hijos y nietos, y del hogar.

Así, las nuevas relaciones sociales establecidas en la universidad impactan también en la autoestima y el auto-reconocimiento individual de las mujeres, más allá del rol de género impuesto.

La pandemia ha pasado factura

La pandemia ha afectado negativamente al alumnado sénior, el paso a una formación en línea se ha convertido en una oportunidad para profundizar en las nuevas tecnologías. Ahora bien, es cierto que se ha sufrido una bajada de inscripciones.

En los últimos cinco años, se había pasado de 3,5% de estudiantes sénior al 6%. A pesar de todo, eso son datos prepandémicos. En pandemia la matrícula ha bajado a la mitad. Sin embargo, se muestran optimistas porque son muchos los estudiantes que se han apuntado ya este año. Es pronto para sacar conclusiones todavía porque el proceso de matriculación continúa abierto.

 

 

 

Imagen principal: una clase de universidad / Unsplash