La revista Nature ha publicado un estudio de la Universidad Nacional de Singapur sobre la inmunidad que los humanos pueden adquirir sobre el coronavirus si estos han pasado el virus de la gripe. Estos anticuerpos, del grupo de células T, cuando entran en contacto con el virus de la Covid-19 pueden matarlo. Ahora bien, aún no se especifica el tiempo de duración que puede tener esta reacción y hay que tener en cuenta que, una vez adquirida la inmunidad, muchos científicos ahora defienden que no es superior a un año. Estudios recientes han demostrado que los anticuerpos pueden desaparecer después de tres meses, pero la inmunidad no desaparece.

¿Qué diferencia hay entre tener anticuerpos o inmunidad?

Inmunidad quiere decir que la persona puede actuar contra el virus, y anticuerpos son los agentes que actúan contra el virus. A veces, en una analítica se puede ver si el paciente tiene anticuerpos, si tiene estas defensas a nivel sanguíneo contra la patología. Pero a veces, puede ser que la analítica dé negativo. Ahora bien, si se está en contacto contra el coronavirus, el cuerpo, como tiene memoria, empieza a producir anticuerpos y entonces reacciona. Este proceso pasa con otras patologías: una persona se hace una analítica y sale que no tiene anticuerpos por varicela pero asegura que la pasó de pequeño. ¿Qué quiere decir? Pues que si volviera a estar en contacto con la varicela, probablemente el cuerpo producirá anticuerpos porque lo recuerda, pero en aquel momento no había porque el cuerpo no estaba actuando ya que no "tenía necesidad", no estaba en contacto con el virus.

Actualmente, cuatro virus causan resfriados comunes y los otros, como el de la SARS o el MERS, derivan en complicaciones más serias que pueden comportar la muerte, tal como se ha comprobado. Los investigadores de Singapur constataron que los supervivientes de la Covid-19 tenían células T. Pero también examinaron a personas no contagiadas y encontraron la presencia de estas células: "Eso puede provocar la inmunidad de reacción obtenida por la exposición a otros coronavirus, como el que causa el resfriado común", afirma al profesor Antonio Bertoletti, profesor de la escuela de medicina Duke-NUS.

Estas conclusiones también las defienden dos estudios previos. El pasado mes de mayo, el Instituto de Inmunología de La Jolla, en los Estados Unidos y el Hospital Universitario German Charité, en Berlín, destacaron la importancia de esta inmunidad a través del virus de un resfriado. A través de muestras de sangre recogidas entre el año 2015 y el 2018, se detectaron pacientes con la SARS-CoV-2 que tenían a la vez células T y ya se especuló con la posibilidad que una infección leve podría generar una inmunidad lo bastante fuerte para repeler el nuevo patógeno.

Desde Nature destacan la importancia de este descubrimiento: "La infección con betacoronavirus induce una inmunidad multiespecífica y de larga duración. Comprender que hay células T presentes en la susceptibilidad de impacto y patogénesis de la población general de la infección por SARS-CoV-2 tiene una importancia primordial para la gestión de la pandemia actual".

En paralelo, la Comisión Asesora de la Covid-19 ha recomendado que se anticipe la campaña antigripal para frenar de golpe los efectos del coronavirus. Así, piden fomentar la vacunación entre el personal sanitario, evitar aglomeraciones y organizar la campaña para evitar un riesgo de transmisión de la Covid-19 y mantener el carácter unificado en la toma de decisiones de vacunación para el conjunto del sistema: "Para el próximo otoño es muy importante reducir los cuadros respiratorios y por lo tanto es importante reducir la incidencia de la gripe estacional".