Parece inevitable. Todos nos tocamos la cara muchas veces al cabo del día y en la mayoría de las ocasiones sin darnos cuenta. Un picor en la nariz, secarse la boca, frotarse los ojos por cansancio, son algunos de los gestos más habituales que hacemos a cada rato. 

El problema es que tocarse la cara aumenta de manera muy importante el riesgo de contraer infecciones, como la del temido coronavirus que está paralizando el planeta. Los ojos y la boca son las dos zonas más de la cara por las que más fácilmente pueden entrar los virus y el contacto de cualquiera de ellos con las manos o los dedos provoca que nos pongamos en una situación de riesgo considerable.

La boca y los ojos son áreas donde los virus pueden entrar al cuerpo con mayor facilidad, y todo lo que se necesita es tocarlos con un dedo que ya tenga una infección.

Hombre cara

El coronavirus se transmite de persona a persona, como muchas otras infecciones respiratorias. Esto incluye las gotitas que salen cuando alguien estornuda y pasan a los pulmones de otros, y al tocar una superficie contaminada con virus y usar esa mano para tocarse los ojos o la boca. Aunque podemos evitar fácilmente estar cerca de alguien que esté enfermo o tomar precauciones contra los virus en el aire con una máscara, es casi imposible evitar el virus cuando está en una superficie y lo tocamos, salvo que llevemos guantes y estos jamás toquen nuestra cara.

El problema reside en que los seres humanos nos tocamos la cara alrededor de unas 20 veces por hora. Y aunque se nos advierta de que no debemos hacerlo cuando existe una epidemia o una pandemia, lo hacemos igualmente aunque rebajemos el número de ocasiones en las que hacemos contacto.

Por eso tomar precauciones como lavarnos las manos con frecuencia y usar al menos 20 segundos para hacerlo es tan importante. Pero esto solo puede ayudar si también evitamos tocar nuestras caras, ya que no hay forma de saber cuándo hemos podido tener contacto con un elemento microscópico y potencialmente mortal.

Qué hacer para no tocarnos la cara

Debemos tener muy presente en todo momento la intención de mantener las manos lejos de la cara. Una breve pausa puede ayudarte a ser más consciente de lo que estás haciendo con tus manos.

Asimismo también ayuda colocar recordatorios como notas adhesivas en casa para que puedan verse a cada momento y recordar que se desea mantener las manos lejos del rostro.

A veces también viene bien mantener las manos ocupadas. Si estás en casa viendo la tele, intenta doblar la ropa, ordenar el correo o sostener algo en tus manos. Un pañuelo, por ejemplo, servirá, siempre y cuando te recuerde mantener las manos alejadas de la cara.

Mujer guantes

Utilizar un desinfectante de manos perfumado o un jabón de manos también perfumado puede ayudar a recordar que debemos mantener las manos lejos de la cara. El olor será el elemento extraño que nos lo recordará. Si aun así, no puedes evitar llevar tus manos al rostro, unos guantes pueden ser el elemento más contundente para que no exista roce entre las manos y la cara.