La Conselleria de Salut insta a los jóvenes de entre 17 y 19 años a vacunarse contra la meningitis. El departamento ha enviado una circular informativa a los institutos y centros de estudios postobligatorios, según ha adelantado Betevé y ha confirmado El Periódico. Así, Salut reclama a estos jóvenes que pidan cita a los centros de atención primaria (CAP) para inmunizarse contra la meningitis.

En Barcelona, los CAP vacunan de la meningitis dos veces por semana en un horario fijo y se puede ir sin cita previa. Concretamente, la vacuna que se está inyectando es la antimeningocócica tetravalente. El meningococo es una bacteria causante de enfermedades potencialmente graves a la especie humana, como la meningitis y la septicemia. A pesar de los avances médicos, son enfermedades que pueden causar la muerte, secuelas físicas y neurológicas permanentes.

Se trata de una campaña que se hace ahora después de detectar que la pandemia ha hecho que algunos adolescentes no se hayan vacunado cuando les correspondía, entre los años 2020-21. Desde el año 2020, la vacuna antimeningocòccica tetravalente está incluida en el calendario vacunal. Esta vacuna, que ha sustituido la vacuna contra el meningococo C, ya se ha puesto en Catalunya a los jóvenes de sexto de primaria y los de segundo de ESO. Ahora, se pretende vacunar a los adolescentes nacidos entre 2002 y 2005.

La meningitis

La meningitis es una inflamación de las meninges, que son las membranas que protegen el cerebro y la médula espinal. Normalmente, se produce como resultado de una infección causada por un virus o bacteria y puede afectar el cuerpo de diferentes maneras, a algunas de forma inmediata, como la fiebre o la rigidez en el cuello, y de otros después de que la infección haya desaparecido.

Con un tratamiento adecuado, los enfermos pueden recuperarse con normalidad, pero lo cierto es que puede ser una patología muy grave que cause efectos para toda la vida. Por eso es importante estar atentos a los síntomas que puedan aparecer los primeros días. Los más comunes que nos tienen que poner en alerta son los siguientes.

Los síntomas de la meningitis

Dolor de cabeza intenso. La inflamación que produce la infección cerca del cerebro y la médula espinal puede provocar un fuerte dolor de cabeza, que puede confundirse con una migraña, por lo cual se tiene que estar atento por si se producen otros síntomas.

Fiebre repentina. La fiebre es el resultado de la defensa del cuerpo ante una infección por un virus o una bacteria. En el caso de la meningitis, suele ser muy alta, tanto al principio de la enfermedad como posteriormente.

Confusión. La inflamación de las meninges puede causar confusión y cambios en el comportamiento. En algunos casos, también puede afectar a la memoria y la concentración. En el caso de los niños, se suelen presentar problemas de aprendizaje que antes no existían.

Rigidez en el cuello. Uno de los síntomas más clásicos de la meningitis, sobre todo presente en caso de los bebés y los niños, es el que no les permite inclinar hacia adelante la cabeza. En los adultos también puede presentarse durante la fase aguda de la infección.

Somnolencia. Si se presenta un sueño excesivo o cuesta mucho despertarse, podemos estar ante otro síntoma de la enfermedad, porque al verse afectado el estado de alerta del cerebro, se dificulta la capacidad de una persona para permanecer despierta.

Fatiga extrema. A medida que el cuerpo intenta combatir la infección, una persona con meningitis puede sentirse con muy poca energía y un cansancio extremo.

Fontanela inflada. La fontanela de los bebés es un área de la cabeza en que los huesos del cráneo todavía no se han fusionado del todo. La mayor se encuentra en la parte superior de la cabeza y, aunque sea blanda, tiene que sentirse firme. Si de repente parece voluminosa, puede ser un signo de inflamación cerebral o acumulación de líquido, lo cual requiere atención médica de emergencia.

Náuseas y vómitos. El malestar estomacal y los vómitos también pueden ser efectos de la meningitis, lo cual acentúa además el cansancio y la pérdida de energía.

Pérdida de conciencia. Si la hinchazón y la inflamación ejercen demasiada presión sobre el cerebro, una persona puede desmayarse o perder el conocimiento.

Convulsiones o epilepsia. De nuevo, la hinchazón o presión cerebral puede interrumpir la función normal del cerebro y provocar una convulsión, hecho que ocasionalmente genera una crisis epiléptica.

Pérdida de audición, ceguera, problemas en el habla. Los conductos auditivos, el nervio óptico y los patrones del habla pueden verse afectados por la inflamación de las meninges.

Coma. Si no se acude a un especialista y la enfermedad avanza, se puede llegar a producir un coma que puede comportar severas complicaciones al enfermo o incluso la muerte.