Las vías de transmisión del coronavirus están en continua revisión. A pesar de que se ha repetido hasta la saciedad que los objetos cotidianos que utilizamos deben ser desinfectados con frecuencia por la capacidad del nuevo coronavirus de permanecer durante horas en las superficies, ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura en un comunicado que no tiene pruebas que evidencien que las personas puedan contraer el virus mediante el contacto con superficies como manillas, pomos de las puertas o teclados. Aun así, sigue recomendando proceder a la desinfección por motivos de seguridad.

Según la propia organización, las indicaciones acerca de la prevención del contagio de virus en superficie derivaron de un estudio en el que se demostraba que el virus podía sobrevivir en el exterior de una mascarilla médica durante un tiempo estimado de siete días. También se realizaron pruebas que aseguraban que permanecía hasta 9 días en superficies inanimadas, como cristales, plásticos y metales. En marzo, una investigación aseguraba que se habían encontrado virus viables que permanecían 4 horas en cobre, hasta 24 horas en cartón y hasta 2 o 3 días en plástico y acero inoxidable.

Agarrar

Pero ahora parece que la OMS asegura que estos estudios sobre la capacidad del coronavirus para sobrevivir deben considerarse con cierto escepticismo, ya que se realizaron en laboratorios donde no se reproducen con exactitud las condiciones de la vida real.

En cualquier caso, todo parece apuntar a que queda mucho por investigar aún en relación a este virus. Por eso, a pesar de lo que dice la OMS y aunque hasta la fecha no hayan conocido casos de personas que contraigan el virus desde una superficie, dicha transmisión no puede descartarse dado el comportamiento de otros coronavirus conocidos. Por eso, los expertos de la Organización aseguran que es importante desinfectar las superficies de objetos como lavabos, inodoros, dispositivos electrónicos y asideros.

Eso sí, la OMS desaconseja la pulverización a gran escala de desinfectantes, ya sea en interiores o exteriores, tal y como han realizado en muchos municipios asiáticos. Según explican, no hay peligro de que el virus pueda transmitirse a las personas a través de las calles y aceras y es poco probable que el desinfectante permanezca lo suficiente en superficies irregulares como para ser de alguna utilidad.

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Y por supuesto, lo que no se debe hacer nunca es rociar determinadas partes del cuerpo o prendas de ropa con desinfectantes agresivos, porque  eso no evita que una persona transmita la enfermedad. No solo eso, sino que hacerlo puede producir problemas en la piel, irritación en las mucosas y afecciones más graves como broncoespasmo debidos a la inhalación y efectos gastrointestinales como náuseas y vómitos.