Si escuchamos qué dice la IATA, la Asociación Aérea del Transporte, la respuesta es negativa: "Tendríamos que llenar 8.000 Boeing 747 con viales. Hoy no son ni mil". El aviso ya viene de septiembre cuando avisó a todos los gobiernos de que se tendrían que empezar a preparar para distribuir la vacuna y en las mejor condiciones para no estropearla: "Esta es la misión del siglo para todo el sector del transporte aéreo", dice Alexandre de Juniac, director general y consejero delegado del IATA. Y añade: "Pero eso no puede pasar sin una esmerada planificación de que tiene que pasar ahora".

Desarrollar una vacuna contra la Covid es difícil pero la logísitica para transportarla, el último paso de la cadena, también. Además, algunas vacunas se pueden proporcionar con diferentes dosis, por lo tanto, aumentan las cifras. Según una investigación reciente de Dhl-McKinsey, una de las empresas de transporte más importantes del mundo, se podrían necesitar 15.000 vuelos con aviones llenos: "Si tuviéramos 50 millones de dosis hoy, casi seguro que no seríamos capaces de distribuirlos por todo el mundo", añade Glyn Hughes, jefe de carga de IATA.

Problema de aeropuertos

No sólo la falta de aviones puede ser un problema. También la falta de servicios eficientes en los aeropuertos. Algunos de estos sólo pueden garantizar una cadena de transporte de un máximo de 18 grados negativos. A modo de ejemplo, la vacuna de Pfizer-BioNtech requiere una temperatura constante de -70 ° C o se deteriora, la de Moderna es de -20 ° C. Actualmente, sólo 25 de los estados del mundo con una población total de 2.500 millones de personas tendrían accesibilidad en la vacuna bien conservada.

El transporte por vía aérea también es necesario para las características de la vacuna: una vez el producto Pfizer-BioNtech sale del centro de producción, puede sobrevivir en un refrigerador normal hasta cinco días, mientras que el rival de Moderna no más tarde de dos semanas. Los problemas de distribución no sólo están relacionados con el transporte aéreo. De hecho, Pfizer había anunciado inicialmente que quería distribuir, como mínimo, 100 millones de vacunas en todo el mundo a finales del 2020, pero el programa se redujo a 50 millones precisamente a causa de la dificultad en crear la cadena de suministro en tan poco tiempo.

¿Dónde quedan las ONG?

En paralelo, la IATA pide una mayor implicación de las ONG y valora que organizaciones como UNICEF "están salvando vidas" para otras enfermedades que requieren la vacuna y no podrán detener su proceso de distribución. UNICEF colabora con las principales compañías aéreas mundiales y proveedores de mercancías para intensificar los esfuerzos por entregar vacunas Covid además de 92 países del mundo tan pronto como estén disponibles.

Para iniciar los preparativos, UNICEF, junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), informaron a las principales compañías aéreas mundiales sobre los requisitos de capacidad esperados y discutieron maneras de transportar cerca de 2.000 millones de dosis de vacunas COVID-19 en 2021. Eso se suma a los 1.000 millones de jeringas que hay que transportar mediante transporte marítimo.