Desde hace unos días se ha dejado caer un nuevo debate sobre la mesa: liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus o no hacerlo. El primero en hacerlo fue Estados Unidos, haciéndolo coincidir con una reunión de ministros del G7 en Londres.

Esta opción, tal como recogía hace unos días el portal de noticias Euronews, se debate desde hace meses en la Organización Mundial del Comercio, impulsada por países como Sudáfrica o India. La Unión Europea se había mostrado partidaria de hablar, o al menos así lo manifestó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa. Este fin de semana, sin embargo, los líderes de la UE, reunidos en Oporto en una cumbre, han dicho que "no creemos que a corto plazo sea la solución mágica".

¿Es positivo o negativo liberar las patentes?

Sin embargo, ¿qué hay de bueno en el hecho de liberar patentes? ¿Es lo mejor que se podría hacer en la situación actual provocada por la pandemia del coronavirus? "Me parece que el tema de liberar patentes es un poco una cortina de humo, parece una solución fácil que implica poco sacrificio, pero no es la solución a todo", explica el investigador y médico Salvador Macip. En conversación con ElNacional.cat, ha matizado que "liberar las patentes no implica que las vacunas lleguen a más gente". "No hay fábricas para fabricar vacunas, no hay la tecnología para hacerlo", detalla. Y es que tal como argumenta "fabricar una vacuna no es como fabricar una aspirina", sobre todo refiriéndose a las vacunas de ARN mensajero —como Pfizer o Moderna—. El proceso "es larguísimo" y se necesitan "cuatro plantas diferentes y controles de calidad". Así, determina que "liberar patentes ahora no soluciona el problema".

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Un miembro del personal sanitario sostiene una vacuna de Pfizer en el Brasil / Efe

De esta manera, destaca que si ahora se liberaran las patentes, los países que ahora no disponen de vacunas, es decir, los países con menos recursos, necesitarían cinco o diez años para ser capaces de fabricar estas vacunas y poder repartirlas. "Los países ricos tienen demasiadas vacunas y los pobres no tienen". "Es una medida populista para calmar la conciencia de los gobiernos, no arregla nada porque la fabricación no está preparada".

En este sentido, expone que si el problema que hay es el de la distribución, "no hay que liberar patentes, sino enviar vacunas" pero subraya que "nadie se plantea eso". "Ahora vamos de altruistas, pero no compartiremos la reserva de vacunas. Lo que tendría lógica es dejar de vacunar en los países ricos y enviar la vacuna a India". Así, Macip explica que tiene una primera dosis de la vacuna contra el coronavirus y su segunda tendría que ir ahora a la India. "La solución de este problema es enviar vacunas a los países que necesitan, no enviar lo que te sobra".

El problema con las farmacéuticas

"En las vacunas se ha invertido mucho dinero público, pero nadie dice que las farmacéuticas también han invertido mucho", y añade que "el sistema público no tiene capacidad para generar vacunas. Hace falta una infraestructura que el sistema público no tiene". Recuerda también que "el sistema sanitario mundial funciona medio público y medio privado", y destaca que el papel del sector privado es importante porque "sin este no podemos fabricar ni distribuir fármacos". Ahora bien, advierte que "se tiene que vigilar que la privada no se exceda, pero la privada es necesaria".

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India vive una situación límite en los hospitales por el coronavirus que se han quedado sin oxígeno / Efe

"Las compañías van a ganar dinero, si no le discutimos a una zapatería que gane dinero, a una farmacéutica tampoco. Tenemos que ser conscientes del impacto social y que tiene un impacto en salud, se les tiene que hacer respetar esta parte. Pero si una farmacéutica no gana dinero con eso, dejará de invertir", y señala que eso tampoco nos interesa. En este contexto, apunta que una posible solución podría ser hacer pagar más a los países ricos para que el golpe de liberar las patentes no se lo lleve todo la compañía. "Quizás Pfizer libera la patente de la vacuna contra el coronavirus, pero se le alarga 10 o 20 años más la patente de Viagra".

Destaca la importancia de no cargarlo todo a la farmacéutica porque no pase como con los antibióticos, que no son rentables y, por lo tanto, ya no se invierte dinero en la creación de nuevos medicamentos de este tipo. "No se ha invertido porque no sale a cuenta", concluye.

 

 

Imagen principal: un miembro del personal sanitario vacuna a una mujer en un coche en el Paraguay / Efe