Entre el 2% y el 17% de las personas que pasan la Covid-19 no generan anticuerpos. Para entender cómo combaten el virus estas personas, el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa ha comparado la respuesta inmunitaria de los que superan la Covid-19 con la ayuda de anticuerpos con la de aquellas que pasan la enfermedad sin producir.

Con muestras recogidas en el Hospital Germans Trias i Pujol, IrsiCaixa ha demostrado que las células T del sistema inmunitario son muy eficaces, ya que con pocas es suficiente para evitar la severidad de la enfermedad. Los resultados del artículo, compartido en abierto al repositori bioRxiv, destacan la importancia de este tipo de inmunidad para combatir la Covid y podrán servir de guía para incluirla en futuras vacunas.

Tanto la inmunidad celular como la humoral, protagonizadas por las células T y los anticuerpos, respectivamente, son respuestas muy específicas contra los patógenos. En el caso de la Covid-19, sin embargo, lo más común es evaluar la respuesta inmunitaria del paciente en función de los anticuerpos y no a partir de la respuesta celular.

laboratorio Irsicaixa investigación ACN

Imagen: Los laboratorios de IrsiCaixa / ACN

"Eso puede generar confusión en las personas a quien no se encuentra anticuerpos contra el SARS-CoV-2 a pesar de haber sido vacunadas o haber pasado la covid-19", señala Julia García-Prado, investigadora principal en IrsiCaixa -centro impulsado por la Fundación La Caixa y el Departamento de Salut-i directriz científica del Instituto de Investigación Germans Trias y Pujol (IGTP). "Gracias a este estudio podemos decir que estas personas son capaces de protegerse de la severidad de la enfermedad sin necesidad de anticuerpos", añade.

Sobre el estudio

En el estudio, se han utilizado muestras de un grupo de pacientes que ha pasado la Covid-19 con diferentes grados de severidad y que, en todos los casos, la infección ha sido confirmada por un resultado positivo de la prueba PCR. Dentro de este grupo se ha analizado la respuesta celular de 31 personas con anticuerpos y 16 personas que no han generado, ni durante la infección aguda ni meses después.

Al compararlas, el equipo investigador ha observado que los dos perfiles de personas tienen una respuesta celular capaz de detectar las células infectadas por el coronavirus. No obstante, en ausencia de anticuerpos, se observa un mayor número de células capaces de reconocer diferentes partes del virus, en concreto, la proteína de la espícula (Spike en inglés) y la nucleocápsida.

El cuerpo tiene células T de reserva que, cuando entran en contacto con el virus, pasan por un proceso de maduración que les permite detectar y matar las células infectadas. "En las personas sin anticuerpos contra el SARS-CoV-2 vemos menos cantidad de células maduras", explica Athina Kilpeläinen, investigadora posdoctoral en IrsiCaixa y primera autora del artículo. "Parece que estas personas necesitarían pocas células para combatir el virus. Podríamos decir que, en este caso, la calidad de la respuesta inmunitaria pasa por delante de la cantidad", expone.

Esta respuesta rápida y eficaz permitiría que el sistema inmunitario recupere rápidamente el estado de reposo. "Si el cuerpo se mantiene permanentemente en estado de alarma, el sistema inmunitario se puede agotar y puede provocar un exceso de inflamación perjudicial al paciente, como observamos en los casos de personas hospitalizadas por Covid-19," detalla Kilpeläinen. En este sentido, el estudio apunta que esta respuesta celular rápida y controlada podría ser por la memoria inmunológica generada contra antiguas infecciones causadas por virus similares en el SARS-CoV-2, como el del resfriado común.

Diseño de nuevas terapias contra la Covid

El estudio evidencia el papel de la inmunidad celular en la protección contra la Covid-19 y, por lo tanto, la importancia de considerar esta rama de la inmunología a la hora de diseñar vacunas e inmunoterapias. "Los resultados son esenciales para desarrollar herramientas clínicas para el seguimiento de la inmunidad celular en personas que no generan anticuerpos a pesar de haber pasado la infección o haber sido vacunadas. También nos ayudan a identificar componentes esenciales que hay que considerar de cara a una segunda generación de vacunas contra el SARS-CoV-2", observación García-Prado.

Un rasgo destacable de la inmunidad celular es que se dirige a cualquiera de las proteínas del virus, incluidas las que están en el interior del SARS-CoV-2. "Las proteínas internas varían menos y eso remarca la utilidad de la inmunidad celular a la hora de controlar las nuevas variantes del SARSCoV-2", concluye García-Prado.