Según los datos proporcionados por la Sociedad Española de Neurología, las enfermedades neurológicas son las responsables del 44% de la discapacidad por enfermedad crónica en España. También son responsables del 23% de los años de vida perdidos en España por muerte prematura. 

Muchas de las enfermedades neurológicas que provocan altos índices de discapacidad son neurodegenerativas. La Estrategia en Enfermedades Neurodegenerativas del Sistema Nacional de Salud divide este tipo de patologías en 5 grupos: Alzheimer y otras demencias, Parkinson y otras enfermedades relacionadas, enfermedad de Huntington, Esclerosis Lateral Amiotrófica y Esclerosis Múltiple.

Las enfermedades neurológicas son las responsables del 44% de la discapacidad por enfermedad crónica en España

Pues bien, a continuación hablaremos de las dos enfermedades neurológicas más frecuentes en España (Alzheimer y Parkinson), su incidencia y la importancia de un diagnóstico temprano.

Alzheimer, la demencia más frecuente

Tal y como explica el doctor Rafael Arroyo, jefe del Servicio de Neurología del madrileño Centro médico-quirúrgico Olympia, la enfermedad de Alzheimer es una demencia degenerativa, lo que se traduce en una pérdida de neuronas de forma siempre progresiva. Esto provoca un deterioro cognitivo con alteraciones en la memoria, la orientación, la comprensión, el lenguaje, la conducta y el comportamiento. El paciente pierde la capacidad de hacer acciones que antes ejecutaba sin problemas.

El Alzheimer provoca un deterioro cognitivo con alteraciones en la memoria, la orientación, la comprensión, el lenguaje, la conducta y el comportamiento

El doctor expone que el Alzheimer es una enfermedad de importancia capital, y que se va a convertir en uno de los problemas sociosanitarios de mayor envergadura a nivel global. Estima que en España podría haber alrededor de 800.000 afectados por el Alzheimer, siendo el factor de riesgo más relevante en su aparición la edad. Así, añade, "a los 70 años, entre el 6 y el 8 % de las personas pueden tener Alzhéimer y, a partir de los 80, en torno, al menos, de un 15 %".

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Biomarcadores y diagnóstico precoz del Alzheimer

Además de las causas ambientales, en el desarrollo del Alzheimer también pueden influir las causas genéticas. El diagnóstico precoz de la enfermedad es crucial, y como explica el doctor Arroyo, aunque el Alzheimer no se hereda, “hay una mayor tendencia familiar a padecerla, si bien es cierto que aún no conocemos con exactitud todos los genes que podemos dar como predictivos detrás de la enfermedad”. 

Se espera que en los próximos años se desarrollen test en sangre y pruebas de imagen radiológica para prever qué personas van a desarrollar la enfermedad. Un test que ya se utiliza hoy en día es el estudio genotipado de APOE donde se detecta la presencia del alelo ε4, un factor de riesgo de la enfermedad.

Se espera que en los próximos años se desarrollen test en sangre y pruebas de imagen radiológica para prever qué personas van a desarrollar la enfermedad

Los especialistas del equipo de Neurología del Hospital Universitari Sagrat Cor, en Barcelona, explican que una de las causas del diagnóstico tardío de Alzheimer es asociarlo con la demencia, que en el caso de esta enfermedad es el final de un proceso que ha empezado muchos años antes de la presentación de los síntomas. 

Por contra, el diagnóstico precoz, aseguran, puede mejorar las posibilidades de tratamiento. Para ello, explican, hay que basarse en una evaluación clínica completa por parte de un especialista en Neurología. Uno de los últimos avances que puede ayudar para llegar a un diagnóstico más certero del Alzheimer, nos explican, son los biomarcadores, que “permiten el estudio in vivo de cambios estructurales y moleculares relacionados con el proceso patológico de la enfermedad de Alzheimer”.

Un diagnóstico precoz del Alzheimer puede mejorar las posibilidades de tratamiento

Un biomarcador o marcador biológico es una sustancia que puede medirse en el organismo de forma objetiva, indicándonos normalidad, enfermedad o el grado de respuesta a un tratamiento. En el caso del Alzheimer, algunos muestran la degeneración neuronal provocada por la enfermedad en pruebas como la resonancia magnética o la tomografía por emisión de positrones (PET). Otros evalúan los depósitos cerebrales de las proteínas amiloides y tau, “imprescindibles para el desarrollo de la enfermedad y ya presentes y medibles desde los primeros síntomas mediante técnicas de PET y/o punción lumbar”.

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Parkinson, el principal trastorno del movimiento

El doctor Rafael Arroyo, jefe del servicio de Neurología de Olympia Quirónsalud nos explica que el Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa “crónica y progresiva del sistema nervioso, muchas veces invalidante, que se caracteriza por causar daños neurológicos, alterando el control y coordinación de los movimientos del cuerpo, temblor de reposo, rigidez muscular y trastornos del equilibrio”. 

Los síntomas aparecen debido a la degeneración de las células del cerebro que producen el neurotransmisor dopamina. Por eso, aunque esta patología no tiene cura, expone el doctor Arroyo, hay tratamientos que pueden aumentar los niveles de dopamina en el cerebro, lo que ayuda a controlar los síntomas y a mejorar la calidad de vida del paciente. Hablamos tanto de tratamientos farmacológicos como de terapia física y ocupacional.

Los síntomas del Parkinson aparecen debido a la degeneración de las células del cerebro que producen el neurotransmisor dopamina

Según la Organización Mundial de la Salud, el Parkinson es la segunda enfermedad degenerativa más frecuente, tras el Alzheimer. Y según la Sociedad Española de Neurología, en España puede haber entre 120-150.000 personas afectadas.

Exactamente igual que en el caso del Alzheimer, el diagnóstico temprano del Parkinson es crucial para empezar los tratamientos cuanto antes y ralentizar el desarrollo de la enfermedad. Y también, como en el caso del Alzheimer, el uso de los biomarcadores es importante en el diagnóstico del Parkinson. Existen diversos biomarcadores, y como señala el doctor Arroyo: "unos ayudan a realizar un diagnóstico más exacto y temprano, otros nos facilitan mejorar la evolución y el pronóstico de las enfermedades y algunos nos ayudan a elegir el tratamiento adecuado y el momento en el que lo tenemos que aplicar".