La prestigiosa revista British Journal acaba de publicar los resultados de una investigación que comenzó en Finlandia en 1987 que pone de manifiesto la necesidad de diagnosticar y tratar los trastornos mentales en la población adolescente. Según el estudio, realizado por expertos de la Universidad de Turku, en Finlandia, casi el 11 por ciento de los adolescentes que recibieron un diagnóstico psiquiátrico en esa etapa de su vida, fueron excluidos de la educación y el mercado laboral durante al menos cinco años en su edad adulta. Ocho puntos por encima de los adolescentes que no padecen enfermedades mentales. Por lo tanto, este número fue ligeramente inferior al tres por ciento.

“Para ayudar a prevenir la exclusión social de los adolescentes, su tratamiento y rehabilitación son necesarios más recursos de los que se utilizan actualmente, así como el desarrollo de un tratamiento y rehabilitación basados ​​en la evidencia”, asegura la psiquiatra Ida Ringbom, una de las autoras de la investigación.

Los resultados son preocupantes porque destacan el vínculo entre los trastornos de salud mental y la exclusión a largo plazo de la educación y el mercado laboral. En el estudio, la exclusión a largo plazo se definió como un período fuera de la educación o el empleo remunerado que dura un mínimo de cinco años. El vínculo fue particularmente fuerte con aquellos adolescentes que no habían completado su educación secundaria superior y que habían sido diagnosticados con un trastorno de salud mental. Casi la mitad de estos adolescentes que habían experimentado psicosis y casi las tres cuartas partes de los adolescentes que habían sido diagnosticados con un trastorno del espectro autista experimentaron esa exclusión.

Joven triste

La rehabilitación vocacional y la estrecha colaboración entre la psiquiatría y los servicios sociales son importantes para permitir que los adolescentes que sufren problemas de salud mental accedan al mercado laboral”, aseguran los expertos. “Los adolescentes que no han completado su educación secundaria superior requieren un apoyo más específico porque su riesgo de quedar excluidos socialmente es particularmente alto”.

La investigación se llevó a cabo en el Centro de Investigación en Psiquiatría Infantil como parte del programa insignia INVEST para el estudio de la desigualdad, las intervenciones y el estado de bienestar. INVEST, un proyecto conjunto de la Universidad de Turku y el Instituto Finlandés de Salud y Bienestar y financiado por la Academia de Finlandia que se centra en reducir la desigualdad social y reformar el estado de bienestar.

Los expertos han pedido a los Gobiernos un refuerzo de los método de detección y tratamiento a estos jóvenes, por las consecuencias que puede tener en su vida.