En los últimos años, la inmunoterapia se ha convertido en una estrategia prometedora para tratar el cáncer. Consiste en la estimulación del sistema inmunológico del cuerpo para destruir las células tumorales, pero tiene un problema: solo funciona para unos pocos tipos de cáncer.

Por eso cobra más importancia aún si cabe una nueva investigación llevada a cabo por expertos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), que ha descubierto una nueva forma de reactivar el sistema inmunológico para atacar los tumores que permitiría ampliar el uso de la inmunoterapia contra más tipos de cáncer.

La novedad de esta nueva estrategia consiste en eliminar las células tumorales del cuerpo, tratarlas con medicamentos de quimioterapia y luego volver a colocarlas en el tumor. Cuando se administran junto con medicamentos que activan las células T, estas células cancerosas dañadas parecen actuar como una señal que estimula a las células T del sistema inmunológico y las incita a actuar.

En estudios con ratones, los investigadores han podido demostrar que este tratamiento podría eliminar completamente los tumores en casi la mitad de los animales tratados, un aumento considerable para este tipo de terapia.

La investigación se basa en una clase de medicamentos que se utilizan actualmente para la inmunoterapia contra el cáncer, los inhibidores del bloqueo de los puntos de control, que quitan el freno a las células T que se han “agotado” y no pueden atacar los tumores. Estos medicamentos han demostrado ser eficaces en el tratamiento de algunos tipos de cáncer, pero no funcionan contra muchos otros.

Los expertos del MIT se propusieron tratar de mejorar el rendimiento de estos medicamentos combinándolos con medicamentos de quimioterapia citotóxicos, con la esperanza de que la quimioterapia pudiera ayudar a estimular el sistema inmunológico para matar las células tumorales. Se basa en un fenómeno conocido como muerte celular inmunogénica, en el que las células tumorales muertas o moribundas envían señales que atraen la atención del sistema inmunológico.

El equipo del MIT comenzó tratando las células cancerosas con varios medicamentos de quimioterapia diferentes, en diferentes dosis. Veinticuatro horas después del tratamiento, los investigadores agregaron células dendríticas a cada placa, seguidas 24 horas después por las células T. Luego, midieron cómo las células T podían matar las células cancerosas. Para su sorpresa, encontraron que la mayoría de los medicamentos de quimioterapia no ayudaron mucho. Y los que sí ayudaron parecieron funcionar mejor en dosis bajas que no mataron muchas células.

Laboratorio

Más tarde, los investigadores se dieron cuenta de por qué era así: no eran las células tumorales muertas las que estimulaban el sistema inmunológico; en cambio, el factor crítico fueron las células que resultaron dañadas por la quimioterapia pero que aún estaban vivas.

Los medicamentos que parecen funcionar mejor con este enfoque son los que causan daño al ADN. Los investigadores demostraron que cuando se produce un daño en el ADN de las células tumorales, se activan las vías celulares que responden al estrés. Estas vías emiten señales que provocan que las células T entren en acción y destruyan no solo las células lesionadas, sino también las células tumorales cercanas.

En estudios de ratones con melanoma y tumores de mama, los investigadores demostraron que este tratamiento eliminó los tumores por completo en el 40 por ciento de los ratones. Además, cuando los investigadores inyectaron células cancerosas en estos mismos ratones varios meses después, sus células T las reconocieron y las destruyeron antes de que pudieran formar nuevos tumores.