Un estudio del Institut d'Investigació Biomèdica de Girona (IDIBGI) y el centro tecnológico Eurecat relaciona los niveles bajos de histidina en la sangre con la enfermedad del hígado graso en personas con obesidad. El descubrimiento permitirá, pues, poder encontrar nuevas oportunidades para tratar esta dolencia. El estudio se ha publicado en la revista Cell reports Medicine y revela que la histidina (un aminoácido con funciones esenciales al organismo) tiene una relación inversa significativa con la acumulación de grasa en el hígado. El equipo de investigadores del IDIBGI y de Eurecat llegaron a esta conclusión después de examinar a 651 personas, seleccionadas en tres grupos diferentes y con varios grados de hígado graso.

Además, en el análisis de la microbiota intestinal, se identificó un grupo de bacterias específicas que están asociadas a los niveles de histidina. La conclusión ha sido que  cuanto más proteobacterias en la microbiota intestinal, menos histidina en sangre. El investigador del IDIBGI y la persona que ha liderado el estudio, Jordi Mayneris-Perxachs, resalta que las proteobacterias tienen unos genes involucrados en la degradación de histidina y están aumentadas en pacientes con hígado graso.

En todos los modelos, la suplementación de la dieta con histidina consigue mejorar la condición del hígado graso, a la vez que disminuye la expresión de nada implicados en la síntesis de grasas y los niveles de triglicéridos en el hígado. Por eso, los resultados de esta investigación pueden conducir a "explorar posibles tratamientos futuros", como la suplementación de la dieta con histidina o la modificación de la microbiota, para mejorar la salud hepática en pacientes con obesidad.

Una de cada cuatro personas

La enfermedad del hígado graso no alcohólico es la enfermedad hepática más frecuente en todo el mundo y se estima que afecta a una de cada cuatro personas. Se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas por causas metabólicas, sin relación con el consumo de alcohol, y se vincula a la obesidad y la diabetes. Actualmente la enfermedad del hígado graso se trata con recomendaciones sobre el estilo de vida saludable y dieta, además de alguna medicación, pero sin un tratamiento específico plenamente efectivo. Por eso, estos hallazgos sugieren una diana terapéutica sólida

Actualmente la presencia de hígado graso es muy prevalente a la sociedad y se calcula que hasta un 25% de la población general en los países occidentales lo tiene. Estudios realizados en Catalunya también confirman estas cifras. Aunque la enfermedad se puede dar a cualquier edad, es habitual que se diagnostique entre los 50 y los 70 años. Sin embargo, como está íntimamente asociada a la diabetes y a la obesidad, y estas dos enfermedades están creciendo de forma exponencial en la edad pediátrica, es posible que, en un futuro no lejano, los pacientes con fibrosis avanzada se diagnostiquen antes.