Con el número de contagios desbordados, la cifra de fallecidos que no deja de aumentar y un sistema de Salud agotado, los sanitarios han alertado del estado mental en el que se encuentran sus profesionales. Un nuevo estudio realizado por el Consejo Internacional de Enfermeras, organismo que aglutina 130 Asociaciones Nacionales de Enfermeras de todo el mundo, alerta de que esta crisis sanitaria está provocando un trauma colectivo en todas las enfermeras del mundo.

Tal y como exponen los datos recabados por la institución, la cifra de enfermeras fallecidas ya supera las 2.200 a nivel mundial y como el nivel de contagios de los profesionales sigue siendo muy elevado, el personal que continúa trabajando al máximo está experimentando mayor angustia psicológica por unas cargas de trabajo que no disminuyen, así como por los abusos y las protestas continuadas de los sectores antivacunas.

Enfermera y pacienteLas enfermeras están viviendo una situación límite desde que llegó la pandemia

Asimismo, el CIE, a través de una encuesta a sus asociados junto con estudios efectuados por estas o información proveniente de otras fuentes, apunta a que el efecto del Covid-19 “es una forma compleja y extraordinaria de trauma con consecuencias potencialmente devastadoras, tanto a corto como a largo plazo, para las enfermeras a título individual y los sistemas de salud en los que trabajan”.

El organismo internacional resalta que, si los gobiernos no toman medidas, se corre el riesgo de que la pandemia dañe a la profesión durante las próximas generaciones y podría suponer un éxodo de la profesión.

“El estudio del CIE revela datos de ansiedad y estrés de los profesionales a lo largo de todo el planeta muy preocupantes. En España, hasta el 80% de las enfermeras manifiestan síntomas de ansiedad y agotamiento. No podemos permitir que esta situación se agrave en un momento clave para la salud de todos. La tercera ola de contagios ya asola a todo nuestro territorio y tanto el Gobierno central como los autonómicos deben trabajar día y noche para evitar el colapso de nuestros profesionales. Tan importante como superar la pandemia es cuidar de la salud mental de nuestros profesionales, pieza fundamental para luchar contra el Covid-19”, ha manifestado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería de España, órgano integrado en el CIE.

Por su parte, el director general del CIE, Howard Catton, ha destacado que “estamos siendo testigos de un trauma ocupacional extraordinario y complejo que está afectando a la fuerza laboral de enfermería en todo el mundo. Las enfermeras se están enfrentando a exigencias incesantes y sin precedentes por parte de sus pacientes, lo cual está causando agotamiento físico. Pero también se están viendo sometidas a enormes presiones de salud mental que están desembocando en casos graves de angustia psicológica. En todo el mundo, cuidar de pacientes de Covid-19 implica hacer frente a un mayor número de fallecimientos, sustituir a familiares que no pueden estar con sus seres queridos ni siquiera mientras se están muriendo, preocuparse por la falta de equipos de protección individual, enfrentarse a abusos por parte de miembros de sus comunidades y negacionistas de la pandemia y tener miedo de trasmitir el virus a sus seres queridos en casa”, ha expresado Catton.

Los datos del CIE muestran que, desde la primera ola de la pandemia, la proporción de enfermeras que manifiesta problemas de salud mental ha subido del 60 al 80% en numerosos países.

El trauma colectivo está teniendo un efecto inmediato y profundo, pero también es muy probable que tenga un impacto significativo a largo plazo puesto que contribuye a una oleada de trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad cuya envergadura aún no podemos determinar. No cabe ninguna duda de que habrá consecuencias en la fuerza laboral de enfermería, que ya va camino de un déficit de 10 millones.

Incluso si únicamente entre el 10 y el 15% de la población de enfermería actual abandona la profesión, tendríamos un déficit potencial de 14 millones de enfermeras en 2030, es decir el equivalente a la mitad de la actual fuerza laboral de enfermería en todo el mundo. Un déficit así repercutiría en todos los servicios sanitarios en la era post pandemia hasta tal punto que podría ser el mayor determinante de la salud de la población mundial en la próxima década.

Enfermera máscaraTras la pandemia, el déficit de enfermeras en el mundo se va a contar por millones

El efecto de la COVID-19 en la salud mental de las enfermeras en el mundo:

>En España, el 80% de las enfermeras manifiesta síntomas de ansiedad y creciente agotamiento.

>La Asociación Japonesa de Enfermería afirma que en el 15% de los hospitales de Japón se han producido casos de enfermeras que han abandonado su trabajo y aproximadamente el 20% de las enfermeras ha denunciado situaciones de discriminación o prejuicios durante la propagación de la primera ola de la pandemia.

>La Asociación Americana de Enfermeras indica que el 51% de las enfermeras se sienten sobrepasadas. Otros informes de Estados Unidos señalan que el 93% de los trabajadores sanitarios está experimentando estrés, el 76% agotamiento, además de una triplicación de las ratios enfermera-pacientes.

>En Brasil, el 49% de las enfermeras manifiesta ansiedad y el 25% depresión.

>En China, el 60% de las enfermeras manifiesta agotamiento y el 90% ansiedad.

>En África, una encuesta realizada en 13 países en África ha revelado que el 20% de los trabajadores sanitarios ha experimentado síntomas de depresión a diario durante la pandemia en comparación con el 2% previo a la pandemia.

>En Israel, más del 40% de las enfermeras tiene miedo de cuidar de los enfermos y pacientes de COVID-19.

>En Australia, el 61% de los trabajadores sanitarios manifiesta agotamiento y el 28% depresión.