Una nueva revisión científica viene a demostrar lo que llevan años afirmando los científicos; que el ejercicio físico es un poderoso aliado para combatir la depresión, tanto para prevenirla como para mejorar sus síntomas.

Sin embargo, cuando se acude a un especialista para tratar esta patología que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y es la principal causa de discapacidad, rara vez se prescribe la actividad física como tratamiento. Por eso los autores de este trabajo médico subrayan la necesidad de hacerlo ante la imponente evidencia científica.

En los trabajos de este estudio han participado expertos de la Universidade Federal de Santa Maria en Brasil, y el King's College London en el Reino Unido.  La investigación, que aparece en un artículo de la revista Current Sports Medicine Reports, concluye que el ejercicio es de hecho una medicina efectiva contra la depresión en la mayoría de los casos.

Flexiones

Los autores lamentan que la actividad física parece no recibir la atención merecida, y su uso en la práctica clínica no tiene un valor equitativo respecto a las estrategias más dominantes, como la farmacoterapia y las psicoterapias. 

La revisión analiza los datos de 266.939 participantes en un total de 49 estudios. Los científicos identificaron un efecto antidepresivo muy grande y significativo del ejercicio físico, aunque bien es cierto que no tiene porque funcionar en todos los casos. En este sentido, se subraya la necesidad de continuar con la investigación para analizar en qué casos funciona mejor y qué perfil de pacientes podría beneficiarse más en función de factores biológicos, clínicos, psicológicos y sociales.

En lo que respecta a las causas que favorecen que la actividad física sea un aliado contra la depresión, el estudio apunta a que parece que ser que el ejercicio puede ayudar a reducir la inflamación, proteger la salud celular y ayudar a las células cerebrales a regenerarse.

Estiramientos

Eso sí, en la revisión se sugiere que para que los efectos sean más positivos, debe existir una motivación autónoma. Es decir, si las personas lo sienten como una obligación o un peso para hacer a diario, las consecuencias no son tan positivas. En este sentido, señalan la necesidad de que los pacientes reciban el apoyo de profesionales de la salud, así como del propio círculo social, para mejorar la motivación y aumentar y mantener el deseo de hacer ejercicio. 

En su conclusión, los expertos piden a los profesionales de la salud que se involucren en ayudar a sus pacientes con depresión en este sentido, recomendando la actividad, ayudándoles a elegir la más conveniente para ellos y proporcionándoles un extra de motivación para mantener esta actitud en el tiempo. Los beneficios, aseguran, son evidentes en todas las edades, condiciones y países.