El nuevo coronavirus se ha extendido por varios continentes en menos de dos meses. Una pandemia implica una transmisión sostenida, eficaz y continua de la enfermedad de forma simultánea en más de tres regiones geográficas distintas. Estamos ya en esa fase, pero eso no es sinónimo de muerte, pues el término no hace referencia a la letalidad del patógeno sino a su transmisibilidad y extensión geográfica.

Por primera vez en la historia vivimos una epidemia en tiempo real: todos los medios de comunicación, varias veces al día, todos los días, en todo el planeta, hablan del coronavirus. Seguimos el goteo de casos en directo. ¡Incluso ha sido noticia de portada que el virus en Brasil ha mutado tres veces!

El tema es serio. Una de las primeras víctimas del coronavirus en España ha sido el Ibex35. Hay que informar de lo que ocurre, pero también necesitamos buenas noticias. He aquí diez.

1. Sabemos quién es

Los primeros casos de sida se describieron en junio de 1981 y se tardó más de dos años en identificar al virus causante de la enfermedad. Los primeros casos de neumonía severa se notificaron en China el 31 de diciembre de 2019 y el día 7 de enero ya se había identificado el virus. El genoma estuvo disponible el día 10. Ya sabemos que se trata de un nuevo coronavirus del grupo 2B, de la misma familia que el SARS, por lo que le hemos denominado SARS-CoV-2. La enfermedad se llama Covid-19.

Está emparentado con coronavirus de murciélagos. Los análisis genéticos confirman que tiene un origen natural reciente (entre finales de noviembre y principios de diciembre) y que, aunque los virus viven mutando, su frecuencia de mutación no es muy alta.

Análisis filogenético de los genomas completos de 2019-nCoV y de los virus representativos del Betacoronavirus

2. Sabemos cómo detectar el Covid-19

Desde el 13 de enero está disponible para todo el mundo un ensayo de RT-PCR para detectar el virus. En los últimos meses se han perfeccionado este tipo de pruebas y evaluado su sensibilidad y especificidad.

3. Mejora la situación en China

Las fuertes medidas de control y aislamiento impuestas por China dan sus frutos: desde hace varias semanas, el número de casos diagnosticados disminuye cada día. En otros países se hace un seguimiento epidemiológico muy detallado. Los focos son muy concretos, lo que puede permitir controlarlos con mayor facilidad. Por ejemplo, en Corea del Sur y Singapur.

4. El 80% de los casos son leves

La enfermedad no causa síntomas o son leves en un 81% de los casos. En el 14% restante puede causar neumonía grave y en un 5% puede llegar a ser crítica o incluso mortal.

5. La gente se cura de coronavirus

Los únicos datos que a veces se muestran en los medios de comunicación son el aumento del número de casos confirmados y el número de fallecimientos, pero la mayoría de la gente infectada se cura. Hay 13 veces más pacientes curados que fallecidos y la proporción va en aumento.

Coronavirus COVID 19  2019 nCoV
Casos recuperados por día. Covid-19 Global Cases, Johns Hopkins CSSE

6. No afecta (casi) a menores

Solo el 3% de los casos ocurre en menores de 20 años, y la mortalidad en menores de 40 años es solo del 0,2%. En menores los síntomas son tan leves que puede pasar desapercibido.

7. El virus se inactiva fácilmente

El virus puede ser inactivado de las superficies de forma eficaz con una solución de etanol (alcohol al 62%-71%), peróxido de hidrógeno (agua oxigenada al 0,5%) o hipoclorito sódico (lejía al 0,1%) en solo un minuto. El lavado de manos frecuente con agua y jabón es la manera más eficaz de evitar el contagio.

8. Ya hay más de 150 artículos científicos

Es el momento de la ciencia y la cooperación. En poco más de un mes ya pueden consultarse 164 artículos en PubMed sobre COVID-19 o SARS-CoV-2, además de otros tantos disponibles en los repositorios de artículos todavía no revisados por pares (pre-prints). Son trabajos preliminares sobre vacunas, tratamientos, epidemiología, genética y filogenia, diagnóstico y aspectos clínicos.

Estos artículos están elaborados por cerca de 700 autores repartidos por todo el planeta. Es ciencia en común, compartida y en abierto. En 2003, cuando saltó el SARS, se tardó más de un año en obtener menos de la mitad de artículos. Además, la mayoría de las revistas científicas han dejado en abierto sus fondos sobre los coronavirus.

9. Ya hay prototipos de vacunas del coronavirus

Nuestra capacidad de diseñar nuevas vacunas es espectacular. Ya hay más de ocho proyectos contra el nuevo coronavirus. Hay grupos que trabajan en proyectos de vacunas contra otros virus similares y ahora tratan de cambiar de virus. Lo que puede alargar su desarrollo son todas las pruebas necesarias de toxicidad, efectos secundarios, seguridad, inmunogenicidad y eficacia en la protección. Por eso se habla de varios meses o años, pero algunos prototipos ya están en marcha.

Por ejemplo, la vacuna mRNA-1273, de la empresa Moderna, consiste en un fragmento de RNA mensajero que codifica para una proteína derivada de glicoproteína S de la superficie del coronavirus. Esta compañía tiene prototipos similares para otros virus.

Inovio Pharmaceuticals ha anunciado una vacuna sintética de ADN para el nuevo coronavirus, INO-4800, basada también en el gen S de la superficie del virus. Sanofi va a emplear su plataforma de expresión en baculovirus recombinantes para producir grandes cantidades del antígeno de superficie del nuevo coronavirus.

El grupo de vacunas de la Universidad de Queensland, en Australia, ha anunciado que ya está trabajando en un prototipo empleando la técnica denominada molecular clamp, una novedosa tecnología que consiste en crear moléculas quiméricas capaces de mantener la estructura tridimensional original del antígeno viral. Esto permite producir vacunas empleando el genoma del virus en un tiempo récord.

Novavax es otra empresa biotecnológica que ha anunciado su trabajo con el coronavirus. Posee una tecnología para producir proteínas recombinantes que se ensamblan en nanopartículas y que, con un adyuvante propio, son potentes inmunógenos.

En España, el grupo de Luis Enjuanes e Isabel Sola del CNB-CSIC está trabajando en vacunas contra los coronavirus desde hace años.

Algunos de estos prototipos pronto se ensayarán en humanos.

10. Más de 80 ensayos clínicos con antivirales

Las vacunas son preventivas. Más importantes aún son los posibles tratamientos de las personas que ya están enfermas. Ya hay más de 80 ensayos clínicos para analizar tratamientos contra el coronavirus. Se trata de antivirales que se han empleado para otras infecciones, que ya están aprobados y que sabemos que son seguros.

Uno de los que ya se ha ensayado en humanos es el remdesivir, un antiviral de amplio espectro, todavía en estudio, que ha sido ensayado contra el ebola y el SARS/MERS. Es un análogo de la adenosina que se incorpora en la cadena de ARN viral e inhibe su replicación.

Otro candidato es la cloroquina, un antimalárico que también tiene una potente actividad antiviral. Se sabe que bloquea la infección aumentando el pH del endosoma que se necesita para la fusión del virus con la célula, lo que inhibe su entrada. Se ha comprobado que este compuesto bloquea al nuevo coronavirus in vitro y ya se está empleando en pacientes a los que el virus ha causado neumonía.

Lopinavir y Ritonavir son dos inhibidores de las proteasas empleados como terapia antirretroviral que inhiben la maduración final del virus del sida. Como se ha comprobado que la proteasa del SARS-Cov-2 es similar a la del VIH, ya se ha ensayado esta combinación en enfermos por el coronavirus.

Otros ensayos propuestos se basan en el uso del oseltamivir (un inhibidor de la neuraminidasa empleado contra el virus de la gripe), interferón-1b (proteína con función antiviral), antisueros de personas ya recuperadas y anticuerpos monoclonales para neutralizar el virus. Incluso se han sugerido nuevas terapias con sustancias inhibidoras, como la baricitinibina, seleccionadas mediante inteligencia artificial.

La pandemia de gripe de 1918 causó más de 25 millones de muertos en menos de 25 semanas. ¿Podría volver a ocurrir algo similar hoy en día? Como vemos, muy probablemente no. Nunca hemos estado mejor preparados para combatir una pandemia.

Ignacio López-Goñi es catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.