Hacia la semana 25 de embarazo las mujeres suelen realizarse una prueba que se denomina prueba de la glucosa o Test de O’Sullivan. El objetivo es detectar la llamada diabetes gestacional, que afecta a un 9% de las embarazadas. En ocasiones, las hormonas del embarazo pueden alterar la función de la insulina y provocar un aumento de la glucosa en la sangre. Este aumento puede provocar dificultades en la gestación y en el feto, por eso es importante mantenerlo controlado.

Entre los problemas que puede desarrollar el feto, se encuentran los de la visión. Así ha quedado demostrado en un nuevo estudio publicado en Diabetologia (la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes) que concluye que las madres que tienen diabetes antes o durante su embarazo tienen más probabilidades de tener hijos que luego desarrollen problemas oculares.

La investigación está liderada por el Dr. Jiangbo Du, de la Universidad Médica de Nanjing, en China y el Dr. Jiong Li, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca. Ambos, analizaron la asociación entre la diabetes gestacional y el riesgo de alto error refractivo (ER): cuando el ojo tiene problemas para enfocar adecuadamente las imágenes en la retina.

El ER es una de las formas más comunes de discapacidad visual e incluye tanto la miopía como la miopía, así como el astigmatismo. En conjunto, estas afecciones son la segunda forma más común de discapacidad a nivel mundial, y mientras que los de bajo grado se pueden corregir ópticamente con gafas o lentes de contacto, los más graves, de alto grado, pueden convertirse en una discapacidad visual grave e irreversible que puede reducir la calidad de vida de una persona.

Oculista

En las últimas décadas ha habido un rápido aumento en la prevalencia de ER, lo que indica que los factores no genéticos pueden jugar un papel importante en su desarrollo. Se han establecido como los principales factores de riesgo adquiridos para el desarrollo de ER bajo y moderado en niños en edad escolar y adultos jóvenes una mayor tendencia a realizar trabajos de cerca, como el uso de pantallas durante períodos prolongados, así como la falta de actividad al aire libre. Sin embargo, todavía no se comprenden completamente las causas de los defectos elevados de este trastorno.

Investigaciones anteriores han demostrado que las personas con error refractivo grave pueden tener defectos oculares congénitos antes del nacimiento, lo que sugiere que las condiciones a las que está expuesto el feto en el útero pueden desempeñar un papel en el desarrollo para el futuro. La hiperglucemia materna (nivel alto de azúcar en sangre) durante el embarazo puede provocar niveles elevados de glucosa en sangre fetal, lo que puede dañar la retina y el nervio óptico y puede provocar cambios en la forma de los ojos que, en última instancia, provocan el error refractivo.