Un nuevo trabajo colaborativo entre neurocientíficos de la UC San Francisco con el Dyslexia Center  y el UCSF Memory and Aging Center ha revelado que los niños diagnosticados con dislexia muestran una mayor reactividad emocional que los niños sin dislexia.

En el estudio, publicado hace escasos días en la revista Cortex, los niños con dislexia que vieron videos emocionalmente evocadores mostraron un aumento de las respuestas fisiológicas y de comportamiento en comparación con los niños sin dislexia. Esta mayor reactividad emocional se correlacionó con una conectividad más fuerte en la red de prominencia del cerebro, un sistema que apoya la generación de emociones y la autoconciencia.

Los resultados amplían las conceptualizaciones actuales de la dislexia típica y sugieren que el síndrome es mucho más complejo que solo una debilidad en las habilidades de lectura, lo que agrega apoyo a la creciente conciencia de que la dislexia a menudo se asocia con fortalezas interpersonales ocultas.

DeberesLa dislexia no revela solamente una dificultad a la hora de leer

El estudio

Los científicos reclutaron a 32 niños entre 8 y 12 años con la forma clásica de dislexia fonológica para participar en el estudio, así como a 22 niños sin dislexia. Los niños fueron equipados con sensores para monitorear la respiración, la conductancia de la piel y la frecuencia cardíaca, y sus expresiones faciales fueron filmadas mientras veían videos cortos diseñados para provocar emociones positivas y negativas específicas como diversión y disgusto.

Los investigadores encontraron que los niños con dislexia mostraban un mayor comportamiento facial emocional y eran más reactivos fisiológicamente al ver los clips de la película que los niños sin dislexia. Además, las resonancias magnéticas funcionales de la actividad cerebral de los niños revelaron que los niños que eran más expresivos tenían una conectividad más fuerte entre la ínsula anterior derecha y la corteza cingulada anterior derecha, estructuras clave en la red de prominencia que apoyan la generación de emociones y la autoconciencia. En los niños con dislexia, aquellos con expresiones faciales emocionales más fuertes también tenían mayores habilidades sociales informadas por los padres, pero también mayores síntomas de ansiedad y depresión.

Estos hallazgos sugieren que muchos niños con dislexia pueden poseer fortalezas en torno a la perspicacia social, ya que las respuestas emocionales más fuertes pueden ser un elemento clave para el éxito de las relaciones sociales. Esta capacidad para establecer conexiones sociales, a menudo interpretada como una estrategia puramente compensatoria, podría ser, en cambio, un signo de capacidades emocionales mejoradas a nivel neurológico.

Niño escribiendoLos niños con dislexia muestran mayores respuestas emocionales, tanto positivas como negativas

Sin embargo, un diagnóstico de dislexia no es garantía de éxito social. Como indican los informes de los padres, una mayor reactividad y sensibilidad emocional también puede ser un factor de riesgo para desarrollar ansiedad y depresión, ya que estos niños posiblemente podrían estar detectando señales emocionales de manera diferente a los individuos neurotípicos. Una razón más para asegurarse de que estos niños estén protegidos y debidamente atendidos en las escuelas, la universidad, pero incluso en el lugar de trabajo cuando sean adultos.

Los investigadores tienen otras preguntas que esperan responder. En trabajos futuros intentarán determinar si la reactividad emocional conduce a una mayor empatía. Los investigadores esperan que, al comprender mejor el procesamiento social y emocional y otras fortalezas de la dislexia, puedan desarrollar intervenciones más específicas y disminuir el estigma hacia esta afección.