El expresidente de la ANC y responsable de la Crida, Jordi Sànchez, no podrá salir mañana de la prisión de Lledoners para trabajar como otros de los presos políticos que se han acogido al artículo 100.2 del reglamento, porque no dispone de contrato de trabajo. Todo apunta que tampoco podrán retomar las salidas de la cárcel Dolors Bassa y Carme Forcadell, por la misma razón. Ni el vicepresident Oriol Junqueras, en su caso porque el centro universitario donde trabaja, el Campus Manresa de la UVic, sigue cerrado.

Después del confinamiento impuesto a raíz del coronavirus, la conselleria de Justicia había anunciado hoy que los presos que salen a trabajar porque disponen del tercer grado o del 100.2 podrán reanudar la actividad fuera del centro a partir de mañana, siempre y cuando, la empresa para la cual trabajan haya retomado la actividad.

Esto permitirá que salgan Jordi Cuixart, que acudirá a trabajar a su empresa, o los consellers Jordi Turull, Josep Rull y Quim Forn, que disponen de un contrato de trabajo.

En cambio, según fuentes próximas al exlíder de la ANC, la actividad para la cual se había otorgado el 100.2 a Sànchez era para participar en un voluntariado, por lo cual no dispone del contrato que requiere Justícia para permitir la salida, y ya se le ha comunicado que no podrá abandonar el centro. En una situación similar se encontrarían las conselleres: a Bassa se le concedió el 100.2 para cuidar de un familiar i a Forcadell, para realizar trabajos de voluntariado.

En el caso de Junqueras, sí dispone del contrato para trabajar en la universidad pero la UVIC no ha reabierto sus puertas con la finalización del confinamiento total. Quien sí podría volver a la actividad fuera de la prisión es Raül Romeva que, no obstante, ha anunciado a través de Twitter que ha comunicado que hasta que "la alerta sanitaria no cambie substancialmente" no saldrá de la prisión para contribuir a contener la pandemia.

La salida a trabajar de Cuixart, Rull, Turull y Forn tendrá, sin embargo, su contrapartida. Los cuatro se tendrán que trasladar al módulo de ingresos de Lledoners para evitar el contacto con los internos que mantienen el aislamiento total con respecto al exterior, y tendrán que mantenerse también aislados los unos de los otros. Por lo tanto, cuando vuelvan de trabajar tendrán que estar solos en sus celdas y sólo se les dejará salir unos ratos al patio.