En la primera línea de la lucha contra el coronavirus hay un frente de médicos, personal de enfermería, sanitarios en contacto directo con la enfermedad y en condiciones cada vez más complicadas, y con trincheras que se extienden desde la asistencia primaria hasta las salas de los hospitales públicos y privados de Catalunya.

La escasez de material es ahora mismo una de las primeras preocupaciones de este sector. La necesidad de disponer del EPI, el equipo de protección individual, que tiene que garantizar el trabajo de los sanitarios con las máximas garantías. Según las cifras que ha aportado hoy mismo la Conselleria de Salut, del total de enfermos registrados en Catalunya, 384 son profesionales sanitarios.

"Hay escasez clarísima de EPI", denuncia Marta Sendra, médico del Centro de Atención Primaria (CAP) de Drassanes y enlace sindical de la Intersindical CSC. Esta escasez mina desde las urgencias de los hospitales hasta los CAP. "La bata que he utilizado hoy para atender a pacientes de urgencias respiratorias me han dicho que la tengo que guardar en una bolsa, para cuando me vuelva a tocar visitarlos", explica en referencia a las batas de un solo uso.

Los protocolos cambian constantemente, se adaptan no sólo por la gravedad de la situación, sino por los problemas de abastecimiento. Ya no se puede hacer el test en cualquier caso sospechoso, como se hacía al principio. Tampoco se levanta el mismo escudo de defensa para los profesionales. Al inicio de la crisis cualquier posible contacto con un enfermo de Covid-19 obligaba a vestir un equipamiento integral para evitar contagios, ahora ya no. "Cualquier persona con esta clínica es susceptible de ser un Covid. Ya no lo podemos asumir", explica.

Sendra admite que los pacientes de los CAP están muy concienciados de la situación; que hay angustia y preocupación. Los casos que no son críticos son enviados a casa y controlados telefónicamente. El resto de la atención primaria rutinaria se pospone tanto como se puede. Pero lo que no se puede posponer son los cada vez más numerosos casos de precariedad y pobreza que la atención primaria detecta y que con la crisis se están encontrando empujados a situaciones extremas de aislamiento.

Hospitales: situación dramática

Por lo que respecta a los hospitales, la imagen es cada vez más grave. El personal sanitario califica ya la situación en las urgencias de "dramática". En los hospitales públicos, pero también en los centros privados que se han incorporado al dispositivo para hacer frente a la enfermedad. "Cada vez reciben a más pacientes, son pacientes críticos, muchos intubados, se están colapsando las camas", asegura Sendra en referencia a la información que ha recibido de otras compañeras que trabajan en centros privados: "La situación de los enfermos graves va in crescendo. No sólo llega gente de mediana edad o mayor, sino también gente más joven que está grave", asegura.

La descripción del riesgo de colapso se repite y también la precariedad del material: "Material en cuentagotas, se tiene que racionar, una bata por turno...".

Como enlace sindical de la CSC, Sendra denuncia el retraso en el confinamiento total de la población y reclama que se paralicen todas las actividades que no sean esenciales para hacer frente a la enfermedad.

De momento, Catalunya se prepara para un fin de semana en que el Govern ya ha advertido que la situación será de estrés, mientras que la semana próxima el sistema podría entrar en colapso.