Los trabajadores del juzgado de Guardia de Incidencias de Barcelona se quejan de la insuficiencia de medidas de protección sanitarias que se les ha proporcionado a las instalaciones por frenar el contagio de coronanvirus. Para los profesionales, estas son totalmente insuficientes para ofrecer una buena atención al cliente.

La medida sanitaria se resume en una línea al suelo que indica al usuario que no puede la puede traspasar para garantizar una distancia prudencial con el mostrador. Los trabajadores no la encuentran efectiva y aseguran que los clientes se abalanzan igualmente para hacer sus reclamaciones. Para solucionarlo -con el método que han podido- han colocado una silla para cerrar el paso.

En segundo lugar, los profesionales destacan que no está el espacio reglamentario en los pasadizos -que tiene que ser de un metro y medio por ley- en los cuales circulan personas arriba y abajo durante todo el horario laboral.

Además, el material de protección sanitario personal se limita a unas mascarillas manufacturadas que se han tenido que hacer por cuenta propia. Lo único que les ha proporcionado la gerencia es un desinfectante alcohólico de menos de medio litro. El resto de producto desinfectante lo han llevado los trabajadores de casa.

Las sillas de los escritorios donde trabajan las han tenido que forrar con bolsas de basura de plástico para evitar el contacto directo.

Los administrativos del juzgado piden, con esta evidencia, que se atienda su petición y les llegue material sanitario de protección homologado como ya tienen otras administraciones públicas.