La pandemia ha disparado el uso de Internet y dispositivos electrónicos entre la mayoría de niños y adolescentes. Una herramienta que ya formaba parte de sus vidas de una forma en algunos casos abusiva, se ha incrementado aún más y los expertos están temiendo las posibles consecuencias de este uso que puede llegar a convertirse en una verdadera adicción, a pesar de que el tiempo que se dedica a Internet también puede ser informativo, instructivo e incluso agradable.
Ya existe una gran cantidad de literatura sobre el daño potencial causado por el uso problemático por parte de los niños pequeños, pero no existe tanta en los adolescentes. Un nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad de Concordia publicado en la revista Child Development, analiza los datos recopilados por un estudio longitudinal de 1.750 estudiantes de secundaria en Helsinki durante tres años.
El estudio es uno de los más completos en cuanto a los adolescentes e Internet se refiere
Comienza haciendo tres grandes preguntas: ¿cuáles fueron algunos de los predictores o determinantes de uso problemático de Internet? ¿Cómo cambió este uso en el transcurso de la adolescencia tardía, en este caso, entre los 16 y los 19 años? ¿Y cuáles son las consecuencias del mismo en cada grupo de edad?
Los investigadores identificaron tres determinantes principales del uso problemático de Internet entre los adolescentes. La primera fue la soledad, definida como la falta de relaciones interpersonales satisfactorias o la percepción de insuficiencia de las redes sociales. Los investigadores observaron tanto el cuidado de los padres, como las expresiones de calidez, empatía, interés y cercanía hacia el niño, como la negligencia de los padres, definida como la disponibilidad desigual o la falta de respuesta a las necesidades del niño.
No es sorprendente que una mejor crianza esté relacionada con un uso menos problemático de las nuevas tecnologías y al contrario. Los investigadores notaron las diferencias en cómo el comportamiento materno y paterno afectaba el uso.
El cuidado materno se asoció especialmente con una problemática más baja, lo que sugiere que las relaciones madre-hijo de alta calidad podrían haber llevado a una disminución en la necesidad de usar Internet en exceso. La negligencia paterna, por otro lado, tuvo una relación más fuerte con el uso problemático más alto, ya que la falta de orientación y los límites obstaculizaron la capacidad de un adolescente para establecer límites personales.
Finalmente, los investigadores consideraron el género. Descubrieron que los niños son más propensos a tener un uso problemático de Internet que las niñas, ya que tienden a ser propensos a comportamientos más adictivos, son más impulsivos y, como lo sugieren otros estudios, se interesan en mayor medida por juegos o ver videos de YouTube o pornografía. Es más probable que las niñas se conecten para socializar.
Las chicas adolescentes sufren menos que los chicos el uso problemático de Internet
Otro de los resultados del estudio es que, si no se controla, el uso problemático de Internet se asocia con niveles más altos de depresión. También niveles más altos de abuso de sustancias y niveles más bajos de rendimiento académico.
Los científicos dicen que algunos adolescentes atraviesan una fase de uso intensivo de Internet, generalmente alrededor de la mitad de la adolescencia. El tiempo que pasan online tiende a disminuir a medida que los niños maduran, desarrollan sus propios objetivos y límites y forman sus primeras relaciones románticas.