La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), ha recordado que los frutos secos y semillas son la principal causa de atragantamiento sobre todo en niños de entre 1 y 4 años.

Con menor incidencia, aunque también digna de subrayar, se encuentran los niños de entre los 9 y 12 años, sobre todo por la ingesta de capuchones de bolígrafos, pilas de botón u objetos metálicos. En estos casos, el alimento o el objeto extraño obstruye la vía respiratoria y puede conllevar la muerte en 9 de cada 1.000 casos, según las estadísticas.

Cuando se produce una obstrucción completa por un objeto grande y el niño no puede coger aire, debe actuarse inmediatamente. En estos casos lo más eficaz es la maniobra de Heimlich, que se puede hacer a partir del año de edad de la criatura.

Cómo realizarla

Hay que situarse frente al niño, a su altura. A continuación se le rodea con los brazos por detrás y se sitúan las manos en la boca del estómago, en lo que se conoce como plexo solar que suele coincidir entre el final del tórax y el ombligo. Se coloca una mano cerrada en un puño con el pulgar hacia dentro y se rodea con la otra. Después se aprieta fuertemente al niño hacia arriba haciendo fuerza en forma de jota con el puño las veces que haga falta hasta que salga el objeto por la boca.  La norma dice que, por lo menos, cinco veces si no se expulsa antes.

Maniobra de Heimlich

Si el niño todavía tose es que puede respirar, por lo que se trataría de una obstrucción parcial. En estos casos, lo más adecuado es llevar al niño de urgencias a un hospital. Se procede a una radiográfica de tórax y a continuación una fibrobroncoscopia exploratoria, que permite una exploración rápida de las vías respiratorias. De esta forma, se procede a la extracción del objeto. En cualquier caso, lo que nunca se debe hacer es dar golpes en la espalda o introducir un dedo, porque podría introducirse más el objeto hacia el interior de las vías respiratorias y aumentar la obstrucción.

Pero siempre, el mejor consejo es la prevención. En este sentido, estos son algunos consejos para evitar que los niños se atraganten.

  1. Hasta que los niños no sepan masticar correctamente –que suele ser hacia los cuatro o cinco años– lo mejor es no darles ningún alimento demasiado grande o duro, y menos dejárselo tomar solo.
  2. Comprobar bien todos los juguetes del niño para comprobar que no tiene ninguna pieza pequeña que sea susceptible de que se lleve a la boca.
  3. Lo mismo ocurre con otros objetos aunque no sean juguetes, como pilas, monedas o globos que, aunque parezcan inofensivos, pueden ser causa de atragantamiento.
  4. Mantener plenamente informado al niño de lo que puede o no puede tocar para evitar que lo haga por desconocimiento.