Más de 200 de científicos sostienen que hay evidencia estudiada que el coronavirus se puede transmitir a través de pequeñas partículas en el aire, según un estudio filtrado en el New York Times y que está previsto que se publique su informe esta semana en una revista especializada. Una investigación que, en el caso de ser contrastada empíricamente, contradiría las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que defiende que estas partículas tienen que reposar sobre una superficie.

La misiva advierte de que se ha subestimado la transmisión del coronavirus en el aire en ambientes interiores, y así lo señalan al analizar cómo los casos se están multiplicando en bares y restaurantes, oficinas y mercados. Por este motivo, se recomienda el uso de mascarillas en espacios con poca ventilación, más allá de la separación social recomendada, en escuelas, hogares de ancianos, residencias y negocios necesiten minimizar la recirculación de aire y agregar nuevos filtros potentes.

La OMS ha explicado en varias ocasiones que el contagio se produce en partículas al estornudar o al toser, y que se instalan sobre superficies o directamente sobre las personas si no hay distancia social con el portador. Ahora, los científicos piden a la organización que rectifiquen esta teoría o que la amplíe en una carta abierta, ya que el virus puede quedar suspendido en aire y puede infectar a las personas si se inhala. Benedetta Allegranzi, la líder técnica de la OMS encargada del control de la infección, ha insistido en que el argumento que el virus se propaga por el aire no es convincente. "Especialmente los últimos dos meses, hemos ido diciendo que consideramos la transmisión por aire como posible, pero lo cierto es que no está sostenida por pruebas sólidas ni claras", ha dicho. "Hay un fuerte debate sobre la cuestión".

La salud, limitada por la economía

La mayoría de estos expertos apuntan que la falta de claridad de la OMS y las reticencias a cambiar de opinión responden a cuestiones económicas. Subrayan el presupuesto cada vez más reducido de la OMS y las complicadas relaciones políticas que tiene que mantener, especialmente con los Estados Unidos y China. En la carta, los expertos celebran que el personal de la OMS hayan ofrecido diariamente reuniones informativas y hayan respondido incansablemente a las preguntas sobre la pandemia.

Pero lamentan, precisamente, que el comité de prevención y control de la infección esté regido por una visión rígida y demasiado medicalizada de las pruebas científicas. "Morirán defendiendo su punto de vista", dice una antigua consultora de la OMS, que no quiere ser identificada.

A principios de abril, un grupo de 36 expertos en calidad del aire y aerosoles instó a la OMS a que examinara las pruebas de transmisión aérea del coronavirus. El organismo respondió con reticencias, llamando a Lidia Morawska, responsable en consultoría de la organización, para que organizara una reunión. Pero al debate solo asistieron pocos expertos, firmes partidarios del lavado de manos y consideraron que se tenía que hacer énfasis en el tema de los aerosoles. Morawska y otros científicos señalaron varios incidentes que indican una transmisión de virus por vía aérea, en particular en espacios interiores mal ventilados.

Los autores del estudio también señalan que la OMS tiene una visión de transmisión por el aire poco moderna, que no ha evolucionado desde que se definió hace años. La agencia cree que un patógeno de transmisión aérea, como el sarampión, tiene que ser altamente infeccioso y viajar largas distancias. En general, la gente "piensa y habla de la transmisión por vía aérea de manera profundamente estúpida", dice Bill Hanage, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de Harvard. "Tenemos la noción de que la transmisión por aire significa gotas que flotan en el aire capaces de infectar muchas horas después, que van a la deriva por las calles y que llegan a las casas de todas partes", dijo Hanage.

Todos los expertos están de acuerdo que el coronavirus no se comporta de esta manera. Por el contrario, sostienen que el coronavirus parece ser más infeccioso cuando la gente está en contacto prolongado a corta distancia, especialmente en interiores, y más todavía en eventos de gran aforo.