Nuestras sobremesas están asociadas, por un lado a las tertulias con amigos si hemos salido a comer o cenar fuera, o a una buena película en el caso de hacerlo en casa. Pero seguro que pocos piensan en un buen un paseo después comer, a pesar de que en algunas culturas se trata de una actividad popular y está asociada con una mejor salud y digestión.

Un estudio llevado a cabo en la Universidad George Washington, concluye que, efectivamente, pasear tras haber comido es una costumbre que se debe tener muy en cuenta a la hora de perder peso y llevar una vida saludable.

La investigación concluyó que cuando un grupo de adultos en riesgo de padecer diabetes tipo 2 caminaban en una cinta durante 15 minutos después de una comida, tenían picos menores de azúcar en la sangre en las horas posteriores. De hecho, los investigadores encontraron que estas caminatas cortas eran incluso más efectivas para reducir el azúcar en la sangre después de la cena, que una caminata de 45 minutos a media mañana o al final de la tarde.

Pareja caminandoCaminar después de haber comido no solo ayuda a perder peso sino que contribuye a llevar una vida más saludable

El sistema digestivo humano convierte los alimentos en glucosa para obtener energía, por lo que después de una comida, inunda el torrente sanguíneo. A continuación, son las hormonas como la insulina las que ayudan a llevar esa glucosa a las células, ya sea para usarla inmediatamente o para almacenarla para su uso posterior. Pero para las personas con diabetes y la actividad de la insulina alterada, los niveles de glucosa en la sangre pueden seguir siendo muy elevados, lo que puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales y otros problemas de salud.

“La secreción de insulina en respuesta a una comida tiende a disminuir más tarde en el día, especialmente en las personas mayores”, aseguran los expertos del estudio. Son muchas las personas que toman su comida principal del día por la noche y que tienden a sentarse después. Como resultado, los niveles de glucosa en sangre suben mucho y permanecerán elevados durante horas.

Al caminar, los músculos que utilizamos usan la glucosa como energía, apartándola de la circulación y, por lo tanto, reduciendo la cantidad que permanece en la sangre. En la investigación, las mayores diferencias se encontraron al caminar después de la hora de la cena, en comparación con otras horas del día. Entre otras razones también, porque la capacidad del cuerpo para controlar el azúcar en la sangre a esa hora del día es más débil.

Familia caminandoLas mayores ventajas a la hora de caminar se producen después de la cena

Además de combatir los aumentos repentinos de azúcar en sangre, un pequeño movimiento después de las comidas también puede ayudar a la digestión. El ejercicio estimula la peristalsis, que es el proceso de mover los alimentos digeridos a través del tracto gastrointestinal. Otros estudios han concluido que caminar ayuda a acelerar el tiempo que tarda la comida en pasar del estómago al intestino delgado, lo que generaría una mayor sensación de saciedad y obligaría a comer menos entre horas. También hay evidencia que relaciona este tipo de digestión más rápida con tasas más bajas de acidez y otros síntomas de reflujo.

En cuanto al tiempo, aconsejan ponerse a andar una hora después de comer. La glucosa tiende a alcanzar su punto máximo 72 minutos después de la ingesta de alimentos, por lo que es recomendable que empiece a moverse bien antes.