El brote de Covid-19 de Linyola (Pla d'Urgell) está "descontrolado". Así lo ha manifestado este jueves su alcalde Àlex Mases, que ha hecho un llamamiento a frenar la movilidad, así como a que toda aquella persona que sea contacto o crea que tiene el virus se quede encerrada en casa.

En este municipio, de unos 2.600 habitantes, los casos detectados son 72, pero Mases ha asegurado que ya superan los 100 y podrían llegar al medio millar los vecinos infectados con el virus, es decir, una cuarta parte de la población. Además, hay 350 personas en aislamiento domiciliario.

Linyola ayuntamiento coronavirus ACNLa fachada del ayuntamiento de Linyola / ACN

Cierre restauración

Ante esta situación, desde el Ayuntamiento han pedido que se cierren tanto los bares como los restaurantes del municipio cuanto antes y, en todo caso, no más tarde del viernes a las tres de la tarde.

Por otra parte, este jueves ha reabierto el consultorio local con cinco profesionales que se han desplazado del CAP de Mollerussa, después de que esta semana uno de sus facultativos diera positivo de coronavirus. Según Mases, en este centro médico se están haciendo pruebas a contactos estrechos de los positivos, una actividad que se ha reanudado con cita previa.

Por su parte, Salut hará este viernes un cribado con pruebas PCR a un total de 275 personas de la escuela El Sitjar, uno de los focos del brote que ha comportado el confinamiento de 45 alumnos y dos docentes. Este tiene como objetivo detectar asintomáticos en torno al centro para poder hacer el aislamiento y cortar la cadena de transmisión.

Salut ha apuntado que están trabajando para garantizar que los contactos estrechos cumplan la cuarentena por medio de llamadas de los encuestadores de la Agència de Salut Pública. En este punto, Mases ha lamentado que les consta que hay personas que tendrían que estar confinadas y no lo hacen y por eso ha reiterado el llamamiento a la responsabilidad.

Además, con el fin de reducir al máximo la movilidad y la interacción social en el municipio, se está colaborando con voluntarios de Cruz Roja, que actúan como agentes de salud comunitaria recordando las medidas de prevención de la Covid-19 y repartiendo mascarillas entre los vecinos. También se cuenta con el apoyo de los equipos de trabajo social de Atenció Primària de l'Institut Català de la Salut en Lleida y del Consell Comarcal del Segrià.