Hablar dos o más lenguas sería un probable factor de protección ante la enfermedad de Alzheimer, ya que permitiría prevenir o ralentizar su aparición, según una revisión de estudios hecha por un investigador del Hospital del Mar.
El trabajo ha sido liderado por el doctor Josep Deví, del EAIA de Trastornos Cognitivos y del CAS de Santa Coloma Gramenet de l'Institut de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD) del Hospital del Mar. Este ha consistido en una revisión sistemática de los estudios metodológicamente más rigurosos publicados a escala internacional. De los diez seleccionados, siete destacaban una relación directa entre el bilingüismo o el multilingüismo y el retraso en la aparición de los síntomas cínicos del Alzhéimer o la ralentización de la progresión.
Otros dos estudios encontraban una relación parcial, sólo en casos con niveles bajos de educación o cuando se hablaban más de dos lenguas. Sólo en un estudio no se mostraba ninguna relación significativa entre hablar varios idiomas y el retraso en la aparición de la enfermedad.
Retraso en el diagnóstico "de entre 4,5 y 7 años"
Deví ha concluido que se encontró un retraso en el diagnóstico o en la aparición de la sintomatología de la enfermedad "de entre 4,5 y siete años". Eso es causado porque el hecho de hablar dos o más lenguas incrementa la reserva cognitiva del individuo, es decir, su capacidad de resistir el deterioro cerebral sin presentar síntomas o presentando menos de los que serían esperables en función de la neuropatología presente en aquel momento.
El principal investigador del estudio ha indicado que hay también determinadas estructuras cerebrales que cuando se ven afectadas por la enfermedad "sus funciones son asumidas por otras áreas del cerebro, aunque esta no sea su función principal".
Incremento de la reserva cognitiva
Algunos de los estudios analizados utilizaban técnicas de neuroimagen para analizar el cerebro de los pacientes. Estas pruebas permitían comprobar como las personas que hablaban dos o más lenguas incrementaban su reserva cognitiva, mejorando en tareas de control ejecutivo, así como su memoria de trabajo o en tareas de intercambio.
De hecho, en las pruebas se pudo comprobar cómo estas personas presentaban un deterioro neuropatológico más acusado en varias regiones cerebrales y, sin embargo, obtenían mejores resultados que los pacientes monolingües durante la realización de varias pruebas. Eso lleva a los autores a apuntar a la existencia de estrategias o redes compensatorias que les permitían obtener un mejor rendimiento a pesar de la neuropatología presente.
Deví ha explicado que el lenguaje se ubica en el hemisferio izquierdo pero el hecho de utilizar dos lenguas de forma cotidiana implica una reorganización de la estructura y de la funcionalidad cerebral. Otros estudios recientes han demostrado que las personas categorizadas como bilingües obtienen mejores resultados en tareas que miden las funciones ejecutivas, "resultados que se pueden deber al hecho de que la utilización constante de los dos idiomas mejora aspectos de atención y de control cognitivo".
Según el principal autor, eso permite a una persona que habla dos o más lenguas incrementar su reserva cognitiva y su capacidad de resiliencia y de adaptación ante las manifestaciones del Alzhéimer. "Hablar más de una lengua es, con mucha probabilidad, un factor de protección, como lo es mantener unos buenos hábitos de vida saludables", ha concluido.
En el estudio también ha participado la psicóloga del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Noemí Català y la enfermera del Servicio de Urgencias del Hospital QuirónSalud de Sabadell Susanna Jofre.