Hace pocos días, el departamento de Salud de los Estados Unidos informó de que está investigando alrededor de 100 casos de enfermedades pulmonares de origen desconocido cuya incidencia puede estar relacionada con el vapeo y el uso de los cigarrillos electrónicos. La mayor parte de los afectados eran adolescentes y jóvenes adultos, y buena parte de ellos habían tenido que ser hospitalizados.

Sin duda, esta información pone el foco en una cuestión que preocupa mucho a la comunidad científica. La OMS ya ha alertado de que todavía no se saben las consecuencias a largo plazo de estas nuevas formas de fumar, por lo que piden prudencia a la hora de utilizar estos dispositivos. Sin embargo, su uso se está extendiendo entre los más jóvenes como alternativa al tabaco tradicional.

Joven

La revista Radiology acaba de publicar además un estudio en el que se pone de manifiesto que la nicotina podría no ser la única culpable de los problemas de salud derivados del vapeo. De hecho, el vapeo sin nicotina puede dañar los pulmones incluso después de un solo uso de un cigarrillo electrónico.

El estudio

En la investigación participaron 31 personas no fumadoras de entre 18 y 35 años, que vapearon el equivalente a un cigarrillo convencional. La solución que componía el líquido del cigarrillo electrónico contenía propilenglicol, glicerol y saborizante, pero no nicotina.

Los expertos realizaron una resonancia magnética antes y después del experimento para ver cómo afectaba los sistemas vasculares de los participantes. Los resultados mostraron una reducción en el flujo sanguíneo en la arteria femoral después de una sola sesión. Según los investigadores, si el flujo sanguíneo disminuye, también lo hace el flujo de oxígeno, lo que puede afectar a la atención, la concentración y la capacidad de aprender. Esto es especialmente grave en las personas más jóvenes, sobre todo los estudiantes.

Pero es que además, en el estudio también se encontró que los participantes tenían un aumento en la velocidad de la onda del pulso aórtico, lo que posiblemente indica el endurecimiento de la arteria aorta. Esto implica un riesgo para las funciones vasculares y el revestimiento de los vasos sanguíneos, que con los años puede derivar en una enfermedad vascular permanente como la arteriosclerosis (un endurecimiento de los vasos sanguíneos), que generalmente se asocia con el uso regular de cigarrillos.

Vapeando

El peligro de esta reciente forma de fumar es que, por lo general, la población percibe que es menos dañina que el tabaco. Este mito proviene de que los dispositivos de vapeo o los cigarrillos electrónicos no contienen alquitrán, pero eso no significa que el resto de sustancias no puedan ser nocivas para la salud.

Lo cierto es que este no es el único estudio que alerta sobre esta cuestión. En 2018 se realizó una investigación in vitro en la que se demostró que la exposición a los compuestos aromatizantes del líquido para vapear puede desencadenar una respuesta inflamatoria en los glóbulos blancos. Otro trabajo ya concluyó que la orina de los jóvenes de 16 años que consumían cigarrillos electrónicos contenía niveles más altos de compuestos cancerígenos que la de los participantes que no fumaban ni vapeaban. Aunque todavía se necesita más investigación antes de llegar a conclusiones definitivas, los primeros datos son sin duda muy preocupantes.