Un estudio mundial en coordinación con el FDA y la Agencia Europea del Medicamento y la participación del Hospital Hermanos Trias i Pujol de Badalona ha demostrado que añadir uno nuevo antiviral al actual tratamiento contra la covid-19 podría reunir un 30% la mortalidad en pacientes ingresados. El estudio publicado en la revista The Lancet Respiratory Medicine revela que incorporar el anticuerpo monoclonal tixagevimab/cilgavimab al tratamiento estándar contra el coronavirus, con emdesivir y desametasona, que se administra a los pacientes, podría disminuir la mortalidad en pacientes en estadios graves de la enfermedad antes de llegar a ingresar en el UCI. El ensayo clínico se encuentra en fase 3, se ha realizado a pacientes hospitalizados con gravedad, pero que no requerían UCI y evalúa el potencial de una dosis intravenosa única, ha demostrado que la estrategia es segura y especialmente eficaz en aquellos pacientes en estadios más graves. Aunque la introducción del antiviral no acorta el periodo de recuperación de los pacientes, sí que rebaja la mortalidad sobre todo con los pacientes más graves que necesitaban concentraciones de oxígeno más elevadas o ventilación mecánica no invasiva.

Estudio de alcance mundial

El estudio se ha probado en unos 80 centros de todo el mundo, y en España ha contado con la participación de 150 personas ingresadas en planta y en unidades de semicríticos: 75 en el Hospital Hermanos Trias y 75 en otros hospitales del Estado. El hecho de incluir a un gran número de pacientes de todo el mundo sugiere que los resultados serían "ampliamente generalizables" porque no se observan diferencias en la eficacia o seguridad del tratamiento según la comorbididad, estado de inmunodepresión o vacunación de los pacientes.

El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Hermanos Trias y Pujol e investigador del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, Roger Mamposteas, es también el coordinador en España de la plataforma de ensayos clínicos de pacientes hospitalizados por Covid-19 nombrada ACTIV-3: Therapeutics for Inpatients With COVID-19 (TICO), financiada por los National Institutes of Health (NIH) de los EE. UU. Según Mamposteas, aunque los resultados no han demostrado una mejora significativa de las tasas de recuperación, esta nueva estrategia sí que ha llevado a una reducción clínicamente relevando de un 30% de la mortalidad, sobre todo en pacientes más graves que necesitaban concentraciones de oxígeno más elevadas o ventilación mecánica no invasiva. En más, ha indicado que a diferencia de anteriores estudios con otros anticuerpos monoclonales que perdían eficacia enfrente de ómicron, la variante predominante actualmente, la combinación de tixagevimab/cilgavimab mantendría su capacidad de bloquear esta variante del virus en las dosis administradas.

"Todo eso nos demuestra que algunos anticuerpos monoclonales, añadidos al tratamiento habitual con remdesivir y dexametasona, podrían contribuir a reducir la mortalidad por covid-19, sobre todo a los pacientes más graves. Desde la comunidad científica estamos avanzando hacia el uso de tratamientos antivirales combinados con el objetivo de conseguir frenar el virus por el máximo número de vías posibles", ha resumido Mamposteas.